El Barça se suicida en Cádiz

El equipo gaditano desnuda las carencias competitivas de los de Koeman, que vuelven a estrellarse y se descuelga: a 12 puntos del líder Atleti, a tres del descenso.

En el primer partido que Koeman había señalado como inicio de una racha para recuperar posiciones en LaLiga, el Barça se suicidó ante un Cádiz que explotó todas las miserias de un equipo que nunca supo como jugar ante los andaluces, que con su victoria por 2-1 ya se sitúan quintos en la tabla, mientras que los de Koeman vuelven a distanciarse de sus hipotéticos rivales, que vencieron sus partidos con mucho más oficio que el que demostraron los culés. El Barça volvió a ofrecer su versión más pardilla y descabezada.

El Barcelona le ofreció al Cádiz el escenario soñado de salida. Los de Álvaro Cervera tenían un plan que se fundamentaba en parapetarse atrás y desesperar al Barça en la creación de juego. Y luego, si eso, tratar de que se les apareciese la virgen y mirar de hacer daño en las contadas ocasiones que tuviesen.

El Barça les facilitó todo lo deseado en un planteamiento de partido que recordó de inicio como una gota de agua a otra al partido que se empató en Vitoria frente al Alavés. Si entonces, el Barcelona se apelotonó por el centro, en el Carranza pasó lo mismo. Si ante el Alavés Piqué regaló un gol al final de la primera parte, en Cádiz, fue Mingueza quien estuvo muy blandito en la defensa de un córner absurdo cedido por Dest el que complicó la vida a Ter Stegen para que a los 8 minutos los locales se adelantaran en el marcador.

Con el marcador en ventaja, el Cádiz siguió viendo como el partido era el deseado mientras que el Barça seguía empeñado en jugar como hubiera deseado Álvaro Cervera: con Messi y Griezmann estorbándose, sin bandas abiertas, con Busquets y De Jong sin saber interpretar el juego y con Coutinho volviendo a jugar a ritmo de partido de veteranos del Mundial de Suiza’54.

El Cádiz, equipo acostumbrado a aguantar y a defender con uñas y dientes ventajas exiguas, superaba los obstáculos que aparecían en su camino como la lesión de Mauro a la media hora que dejó como centrales a Fali, ex Barça B, y a Alcalá, ex Girona.

El Barça apretaba con Messi siendo el único faro del equipo. El argentino tuvo un par de faltas en la primera parte, pero sigue sin poder superar las estrategias de los rivales para conjurar sus tiros. La otra opción para crear peligro por parte del Barça era aprovechar los balones parados y darle al Cádiz la misma medicina que le había administrado, pero el peligro del Barça a la salida de los saques de esquina no asustaría ni a un niño de tres años.

Urgía cambiar cosas en el Barça y Koeman empezó el segundo tiempo retirando a Mingueza y Coutinho para dar entrada a Pedri y Dembélé, con lo que De Jong pasaba a jugar de central y el Barça exhibía un potencial ofensivo descomunal que embotelló al Cádiz en unos diez primeros minutos de la segunda parte asfixiantes que acabaron con el tanto del empate en colaboración de Alcalá con Alba tras asistencia de Messi.

Cuando parecía que el Barça lo tenía todo a favor para remontar, llegó el segundo disparo en el pie de los blaugrana en una jugada de cine cómico en el que entre Alba, Lenglet y Ter Stegen convirtieron un saque de banda a favor en un regalo que Negredo no desaprovechó para marcar el segundo a portería vacía, segundos después de ingresar en el campo.

A la desesperada, entraron Pjanic y Trincao aumentando el caos blaugrana para jolgorio de los andaluces, felices en su defensa de un castillo que Ledesma guardó con la concentración que no tuvo el equipo barcelonista.

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Diario AS