El asombroso mundo de Luis David: Un niño de Barquisimeto que moldea sueños con barro

En el humilde corazón del sector Caja de Agua, en la parroquia Concepción de Iribarren, reside un pequeño gigante con manos de artista. Se trata de Luis David Alvarado León, un niño de tan solo 11 años que está dejando boquiabiertos a todos con sus impresionantes esculturas de barro. Lo que para muchos sería simplemente tierra y agua, para Luis David es el lienzo de su imaginación desbordante, una imaginación que ha llevado a otro nivel gracias a la «tierrita» que encuentra en una quebrada detrás de su casa.

Al entrar a su hogar, fuimos recibidos con una calidez que solo se encuentra en las familias venezolanas. Luis David, su mamá Génesis, su abuela, su hermano menor y, por supuesto, varias de sus increíbles creaciones de barro nos dieron la bienvenida a un universo donde el arte florece en cada rincón.

Del taller del abuelo a las esculturas de barro

La chispa artística de Luis David no es una casualidad. «Yo primero empecé con mi abuelito que era carpintero», nos cuenta con una sonrisa pícara. «Mi abuelo hace cosas muy chulas, un día me hizo un carrito, un tractor, entonces yo dije por qué no hacer muñecos de barro». Así, de la inspiración del oficio de su abuelo, nació una nueva pasión. Al principio, sus creaciones eran más sencillas: «hice como tortitas, hamburguesas», luego «un muñeco de palito». Pero la visión de Luis David siempre va más allá. «Después hice ese muñeco de barro, jugaba a que eran súper soldados y después que escuchamos de una película, intentamos hacerlo. Entonces nosotros empezamos así».

La conversación fluye y Luis David nos comparte su amor por los animales, tema recurrente en sus obras. «A mí me gustan mucho los animales, los animales son muy bonitos», confiesa con la inocencia y sinceridad propias de su edad.

Un sueño que aspira a Conquistar el Mundo

Luis David no solo crea por el placer de hacerlo; su mirada se ilumina cuando habla de su gran sueño: que sus obras lleguen a un museo y ser reconocido «por todo el mundo mundialmente, que todo el mundo la vea». Es un anhelo que, viniendo de un niño de su edad, conmueve y al mismo tiempo inspira.

Cuando le preguntamos por su fuente de inspiración, su respuesta es tan dulce como profunda. «La verdad muchas cosas, mi mamá, toda mi familia respectivamente, pero mi inspiración vendría siendo un sentimiento que cargo en mí, algo que sale de mi corazón. Sale una inspiración demasiado grande, para mantener orgullosa a mi familia, decirle al mundo que yo soy importante y que soy un gran artista». Y añade con una emoción palpable: «Todo el mundo me lo dice, mis vecinos, me dicen eso y me siento inspirado por eso porque todos me apoyan por aquí, mi familia, mi papá, mi mamá me están apoyando y eso me inspira mucho». Una prueba irrefutable del poder del apoyo familiar y comunitario en el florecimiento del talento.

El Dragón de TikTok y el Secreto de la «Tierrita»

Una de las creaciones de Luis David que se volvió viral en la popular red social TikTok fue un imponente dragón. Con orgullo, nos cuenta la historia detrás de esta pieza. «Yo pensé en un dragón porque me sale más fácil, entonces me voy a imaginar un dragón, en mi mente puse como una plataforma grande, entonces empecé a hacer por parte, hasta que lo logré».

El proceso para crear estas maravillas no es sencillo, pero Luis David lo describe con la paciencia de un maestro artesano. «Es un proceso largo, largo, primero lo primero, ¿te acuerdas que yo te había dicho que por allá pasaba un río? Entonces de ese río salió una cueva de bachacos o hormiga roja, entonces de ahí salió una tierrita». Es esta «tierrita» especial, encontrada en la naturaleza que rodea su hogar, la materia prima para sus esculturas.

Lo más asombroso es la capacidad de Luis David para materializar lo que ve. «Solo la tengo que ver una vez para imaginármelo«, afirma. «Entonces empiezo, con el mismo diseño que me mentalizo aquí en la cabeza hago una plataforma, entonces me pongo a crear como un diseño en mi cabeza, entonces empiezo, le pongo poco a poco las piezas en mi cabeza y después en la vida real, pongo pieza por pieza». Su imaginación, nos dice, es «demasiado que no te lo puedo ni explicar».

Un Sueño Divino

La posibilidad de vender sus esculturas despierta en Luis David un sentimiento agridulce. «La verdad que sí«, responde con cierta melancolía, «pero me va a dar tristeza porque yo la hice con mucho cariño, pero yo sé que manos de alguien más le parece bonito porque se va a expandir por toda Venezuela y por todo el mundo para que esto se expanda mi amor por el arte». Es evidente el apego a sus creaciones, pero también su deseo de que su arte trascienda.

Pero hay un aspecto aún más profundo en la historia de este joven artista. Luis David nos compartió un sueño revelador que tuvo cuando era más pequeño. «Cuando yo estaba más pequeño vi a Dios en un sueño, y le dije padre mío, ¿yo tengo algún don? Y Él me respondió: claro que sí, hijo mío, tú siempre has tenido un don y eso se va a ir revelando poco a poco, no tienes solo uno, tienes varios que yo te daré a partir de ahora». Una visión que, sin duda, ha marcado su camino.

A pesar de la belleza y el detalle de sus obras, Luis David siente que aún les falta algo. «Yo creo que le falta pintura», dice, «lo digo porque yo siento que le falta vida, le falta color, yo quiero tener eso para que queden más bonito y que se impresionen más la gente y ese don hacerlo más fuerte».

El Descubrimiento de un Talento Inmenso

Génesis León, la madre de Luis David, recuerda el momento en que se dio cuenta del don de su hijo. «Como a los cuatro años, pero yo no le prestaba mucha atención, entonces yo pensaba que esos eran juegos y eso, pues. Hasta que él un día cuando yo salgo que estaba lavando, voy hacia afuera y veo que hizo este muñeco, le tomé fotos, lo grabé y subí a las redes sociales a TikTok y bueno, ahí empezó toda la travesía del arte».

Para Génesis, el camino de su hijo es claro. «Vi que le tenía más empeño, esa pasión como que ‘mami, sí me gusta y eso es lo que quiero’. Quiero meterlo en una escuela de arte y eso ahorita de verdad no tengo las posibilidades, pero ya estamos viendo a dónde lo podemos inscribir». La ilusión de una madre por ver a su hijo desarrollar su potencial es inmensa, y es una realidad compartida por muchas familias venezolanas que, a pesar de las limitaciones, buscan dar lo mejor a sus hijos.

La historia de Luis David Alvarado León es un recordatorio de que el talento no tiene edad ni fronteras. Desde un humilde rincón de Barquisimeto, este niño nos enseña que con imaginación, dedicación y el apoyo de quienes nos rodean, los sueños pueden moldearse, pieza a pieza, hasta convertirse en una realidad que inspira a todo un mundo.

Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto