En un grito desesperado que resuena en cada esquina del macro sector El Ujano, al noreste de la ciudad de Barquisimeto, los vecinos denuncian una realidad que empaña la cotidianidad de sus hogares: el agua potable que reciben no solo es un lujo escaso, sino que, cuando llega, lo hace en condiciones «deplorables». Lejos de ser cristalina y apta para el consumo, el líquido vital se ha transformado en una pesadilla de tonos amarillentos, turbidez y, lo más alarmante, la presencia de pequeños organismos que pululan en su interior.
«¡Esto parece agua de tamarindo!», exclamó, con un dejo de resignación y frustración, una de las residentes de El Ujano II etapa, mientras mostraba en un tobo el inquietante color que brota de sus grifos. La imagen es elocuente y no deja lugar a dudas: lo que debería ser sinónimo de salud y bienestar, se ha convertido en una fuente de preocupación y un riesgo latente para la salud de las familias.


«Desde hace un mes nos está llegando muy sucia, una cosa que ya es sumamente grave para nuestra salud, no está para consumo humano, es un agua con un olor feo. El agua que ahora consumo es la del botellón que lo compro diariamente y es un gasto que ahora es mas frecuente. El agua no se puede usar ni para lavar, porque nos ensucia la ropa más bien».
La situación en El Ujano no es nueva, pero la paciencia de sus habitantes se agota. Por años, han lidiado con interrupciones constantes en el suministro, una problemática que, si bien es recurrente en diversas zonas de Barquisimeto y el estado Lara, se agrava al considerar la calidad del agua cuando finalmente llega.

Nelly Martinez, residente de El Ujano, manifiestó al equipo de Noticias Barquisimeto que el agua está saliendo «muy sucia, hasta con gusanos, hasta de un color negro, las pocetas se manchan todas, y lo que estamos tomando prácticamente es barro, todos los días salimos a comprar el garrafón de agua, y la que llega solo la usamos para lavar platos, y las pocetas pero sin embargo todo queda manchado y sucio».
Adentrándonos más hacia el Macro Sector El Ujano, llegamos a la comunidad Indio Manaure, donde nos recibió la señora Pastora Peña, quien nos abrió la llave de su tanque de agua para mostrarnos como le llegaba el agua, «ahorita está llegando amarilla, yo no sé qué es lo que está pasando. Esta agua yo la hiervo para tomar y hacer la comida porque eso viene amarillito».


La presencia de sedimentos, la coloración inusual y la aparición de «animalitos» en el agua son indicadores claros de una deficiencia en los procesos de potabilización y distribución. Esta realidad no solo genera desconfianza y malestar entre la población, sino que también los obliga a buscar alternativas costosas para obtener agua segura, un gasto adicional que pesa en el ya golpeado bolsillo de los larenses. Comprar botellones de agua purificada o hervir el agua para intentar hacerla apta para el consumo son solo algunas de las medidas desesperadas que toman los vecinos para paliar esta situación.
Los habitantes del Macro Sector El Ujano hacen un llamado urgente a las autoridades competentes, especialmente a Hidrolara, para que se aboquen a solucionar de manera definitiva este problema que vulnera su derecho fundamental a un servicio básico de calidad. La salud de niños y adultos mayores, particularmente vulnerable a la ingesta de agua contaminada, está en juego.
Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto