El acuerdo Maduro-Guaidó ya comienza a dar su frutos

El país ha visto expectante y bajo sospecha el acuerdo firmado entre el Ministro de Salud y el asesor en temas del covid-19 de la Asamblea Nacional,

Tras una larga batalla política entre gobierno y oposición que se acrecentó con la llamada “autoproclamación” de Juan Guaidó, el país ha visto expectante y “bajo sospecha” el acuerdo firmado entre el Ministro de Salud del gobierno nacional y el asesor en temas del covid-19 de la Asamblea Nacional, el cual establece entre sus puntos “lograr recursos financieros para la lucha contra la pandemia bajo la supervisión de la Organización Panamericana de la Salud” (OPS).

Cada sector involucrado explica a su manera las motivaciones y alcances del documento que se mantuvo en secreto, mientras en paralelo siguen las acusaciones mutuas en una “guerra sin cuartel” que incluye amenazas, sanciones, bloqueos, detenciones, y hasta invasiones mercenarias fallidas sin responsables intelectuales.

Lo cierto es que existe un papel de trabajo “forzado” por la grave crisis social, económica y sanitaria en Venezuela, donde “tácitamente” Nicolás Maduro reconoce al diputado Juan Guaidó como presidente de la AN, y este admite sin decirlo que quien gobierna el país desde Miraflores es el mismo que comanda las Fuerzas Armadas Nacionales.  

En esta nueva batalla de una guerra prolongada, la primera baja fue el diputado Luis Parra, quien había sido reconocido por el gobierno como presidente del Parlamento, ratificado por el Tribunal Supremo de Justicia, y que ahora queda en el “limbo”, sin cargo y con sanciones de los Estados Unidos, incluyendo a parte de su equipo de “disidentes” que portan pasaportes con visas anuladas.

Tras conocerse el pacto y develarse que representantes de Maduro y Guaidó se vienen reuniendo por “debajo de la mesa” y de “la mesita”, las redes sociales y “opinadores de oficio” no han dejado de lanzar su artillería contra quienes protagonizan le verdadera política, esa que tiene como vértice principal el dialogo y la negociación.

¿Además de la lucha contra el covid-19 que otra cosa negociaron?

Los hechos que transcurren luego de conocerse el papel de trabajo firmado para la lucha contra la pandemia, evidencia realmente lo que se está abordando entre las partes en conflicto, muy a pesar del “qué dirán” “chavistas” y “opositores radicales”, que se niegan a una tregua y solo aspiran la liquidación de su enemigo histórico, llámese “apátridas” o “narcodictadores”.

Como en las grandes guerras, todo armisticio busca “disminuir” las hostilidades entre los combatientes para que, con la excusa del coronavirus, se pueda dar una especie de “tregua” por un periodo de tiempo, y esto incluye ofrecer pruebas concretas de los firmantes para avanzar en medio del campo de batalla.

Para muchos analistas “independientes”, tanto aceptar que sea la OPS quien maneje los recursos financieros como la liberación del tío de Guaidó, el piloto Juan Jose Márquez son mensajes claros de ir honrando la palabra empeñada, en medio de los disparos y el terrible “olor a pólvora” que invade la atmosfera por los cuatro rincones del territorio nacional.

Luego le tocó el turno al representante del MAS, el opositor Felipe Mujica, a quien califican de “colaboracionista” por pertenecer a la llamada “mesita”, instancia que se reúne permanentemente con los voceros del gobierno nacional para negociar salidas pacificas a la crisis, entre ellas la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral. “Venezuela tiene ya un año tratando de dirimir un órgano que garantice los derechos, y eso no ha sido posible resolverlo a través de la AN. Hoy en nombre de las organizaciones políticas hemos asumido la decisión de venir al TSJ para que declare la omisión legislativa y proceda a nombrar un nuevo CNE que garantice los tiempos legales”, expresó el dirigente político.

Al admitir la demanda, el TSJ procederá esta semana a designar los nuevos rectores del CNE, y ya muchos comunicadores y analistas políticos han publicado los nombres de los cinco miembros principales del Poder Electoral, que tendrán la tarea de organizar los próximos procesos electorales, entre ellos las parlamentarias pautadas para la primera quincena del mes de diciembre de este año.

Lo cierto es que tanto Maduro como los partidos de la “Mesita”, incluso los líderes del G4 ya conocen los personajes propuestos para dirigir el ente comicial, y con las reservas respectivas, esta semana serán juramentados  Rafael Simón Jiménez, Luis Emilio Rondón, Tania D´Amelio, Gladys Gutiérrez  y la actual vicepresidenta del TSJ Indira Alfonzo.

Lo que viene después de este paso es la reestructuración integral del CNE, depuración del padrón electoral, cambios en todas las direcciones regionales, cronograma electoral, validación de los partidos políticos, y la aprobación de los circuitos electorales donde se incluirá la proporción de las minorías y la elección de diputados nacionales.

El G4 en una encrucijada

En medio de una tregua política que nadie asume, y con las cifras de contagio de coronavirus en ascenso, los líderes de los partidos pertenecientes a la cúpula de poder llamada G4 siguen en la disyuntiva, si encarrilarse por el camino electoral y luchar “cuerpo a cuerpo” para derrotar en las urnas al PSUV, o seguir transitando la vía “insurreccional” con el apoyo de EEUU para, a través de las sanciones y bloqueos, continuar debilitando al gobierno que preside Nicolás Maduro.

Voluntad Popular, con su líder Leopoldo López asilado en una embajada, no tiene nada que buscar por la vía electoral y de los acuerdos. Allí hay poco que negociar después que el TSJ declarará a ese partido como “una organización terrorista”. Guaidó sigue entrampado y por eso juega a dos bandas. Por un lado se muestra radical y pide más sanciones, y por otro lado conversa con Maduro para  flexibilizar el manejo de los recursos, “solo exclusivos para la lucha contra el coronavirus”. Por lo menos así lo entienden sus seguidores.

Primero Justicia parece tener “muchos caciques y pocos indios”. El Comisionado para Relaciones exteriores de Guaidó, Julio Borges tiene a lo interno un discurso que recuerda la canción interpretada por su tocayo Julio Iglesias, titulada “A veces si, a veces no”, y que en uno de sus versos dice: “Tantas veces yo también, igual que un niño me enfadé, cerré mi puerta a tu querer, cuando moría por volver”.

Por su parte Henrique Capriles adapta sus palabras para tratar de complacer a todos los públicos, siempre pensando en sus aspiraciones presidenciales por aquello de que “la tercera es la vencida”. Dejemos los prejuicios, dejemos las etiquetas. Son demasiados años viviendo mal, ahora tenemos una pandemia. No puede ser que nosotros no tengamos la capacidad de hablar. Hay que ponerse del lado de las soluciones”, declaró a los medios el ex gobernador de Miranda, quien mantiene línea directa con el ministro Jorge Rodríguez.

En este “cuarteto” que maneja importantes recursos y presencia en la redes están AD y UNT, organizaciones curtidas en la lucha política de los últimos años, que cuando deciden participar en elecciones infunden respeto a sus adversarios, aunque últimamente prefieren que las canten “forfeit”.

“Dicen que Ramos Allup quiere y Manuel Rosales también quiere”, nos comentó un dirigente muy cercano al “partido del pueblo”. No hayan como “zafar” el nudo que los devuelva a la ruta electoral, sin que eso implique perder cuotas de poder y manejo administrativo desde el exterior, a través de empresas en manos de la dupla Leopoldo-Guaidó.

Todo apunta a que ambos partidos tendrán ciertas “facilidades” para validar con firmas su legalización, y hacer lo que mejor saben: patear la calle por los cuatro costados del país, organizar mítines, caminatas, y enarbolar los logros de la “cuarta república”, que a los militantes de Voluntad Popular y Primero Justicia les causa “arrechera”.  

Se nos viene una semana muy intensa. Ya las cifras de contagio por el coronavirus no preocupan tanto al venezolano como la impotencia de tener que amanecer en una cola para echar gasolina, con la incertidumbre de no saber si antes del anochecer el combustible traído de Irán se pueda acabar.

Y mientras tanto la agenda política sigue activada a través de los más selectos grupos de WhatsApp, para que los líderes de cada sector se comuniquen permanentemente, discutan y acuerden reuniones vía “zoom”, mientras Maduro y Guaidó solo hablan esporádicamente por la red privada “signal”, y gracias al último acuerdo “ya comienzan a verse los frutos”.

JIG