Gobiernos e instituciones financieras prometieron millones de dólares el viernes para proyectos humanitarios y de desarrollo para atender las necesidades urgentes de los venezolanos en el país y en el extranjero afectados por una crisis que, según diplomáticos, requiere atención renovada.
Las promesas de financiamiento se produjeron durante una conferencia en Bruselas diseñada para generar conciencia sobre la prolongada crisis económica, social y política de Venezuela, que ha empujado a millones a la pobreza y ha llevado a más de 7 millones a emigrar , principalmente dentro de América Latina.
“Entonces, ¿cómo es que una crisis de esta magnitud ha pasado desapercibida para la atención pública y también para la respuesta internacional?” Harjit S. Sajjan, ministro de desarrollo internacional de Canadá, dijo, y agregó que la pandemia de coronavirus y las “prioridades internacionales en competencia” han eclipsado la situación de Venezuela.
“Necesitamos asegurarnos de que el mundo sea consciente de este enorme desafío que enfrenta el continente americano”, dijo Saijan.
La mayoría de los hogares no tienen agua corriente confiable y muchos experimentan cortes de energía regulares. El sistema de salud se derrumbó mucho antes de que comenzara la pandemia.
El salario mínimo pagado en bolívares venezolanos es el equivalente a $5 al mes, frente a los $30 de abril de 2022. Ninguno de esos salarios es suficiente para alimentar a una persona, y mucho menos a una familia . El costo de una canasta básica de bienes para una familia de cuatro se estimó en $372 en diciembre.
Mientras tanto, los migrantes venezolanos a menudo sufren discriminación por su nacionalidad, tienen dificultades para ingresar a la economía formal y no pueden pagar vivienda, alimentación, atención médica y otros servicios básicos. También se están embarcando cada vez más en segundos viajes migratorios dentro del continente, principalmente a los EE. UU.
Las promesas de financiación al final de la conferencia ascendieron a 855 millones de dólares.
El gobierno de EE. UU. ofreció más de $171 millones, parte de los cuales se destinarán a esfuerzos de alimentos, agua y saneamiento dentro del país asolado por la crisis. Ese dinero también cubrirá refugio de emergencia, atención médica y otros servicios para los venezolanos que han emigrado a otras naciones sudamericanas.
“Debemos continuar brindando asistencia crítica a los refugiados venezolanos, los migrantes, sus comunidades de acogida y aquellos que aún están en Venezuela”, dijo la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, a través de una transmisión en vivo desde Nueva York. “El trabajo que estamos haciendo juntos salvará vidas y cambiará vidas”.
Parte del financiamiento de EE. UU. se destinará a agencias de la ONU y grupos no gubernamentales que ya operan en Venezuela.
Al igual que otros diplomáticos, Thomas-Greenfield instó a los asistentes a la conferencia a trabajar juntos para “avanzar en una solución política pacífica en Venezuela”.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela , incluida la facción respaldada por EE.UU., llegaron a un acuerdo hace cuatro meses para financiar programas sociales con dinero extraído de los activos del país congelados en el exterior. Pero el fondo, que se espera que sea administrado por las Naciones Unidas y que alcance progresivamente alrededor de $ 3 mil millones, aún no se ha materializado.
Gianluca Rampolla, coordinador humanitario de la ONU en Venezuela, dijo a los asistentes que el plan de la agencia del año pasado solo estaba financiado en un 34% después de perder $50 millones en asistencia de los donantes.
Un informe de la ONU publicado en septiembre estimó que costaría 795 millones de dólares ayudar a unos 5,2 millones de personas en Venezuela a través de proyectos de salud, educación, agua y saneamiento, alimentos y otros, mientras que una coalición de organizaciones que ayudan a los venezolanos fuera de su país de origen estimó en noviembre las necesidades de los migrantes en $ 1.7 mil millones.
Diplomáticos venezolanos no participaron en la conferencia organizada por la Unión Europea y Canadá. Representantes de Colombia y Brasil, cuyos presidentes recientemente electos reiniciaron relaciones diplomáticas con Venezuela, instaron a los asistentes a incluir al gobierno de Maduro en el diálogo sobre asistencia humanitaria y migración.
“Para todos los que estamos aquí presentes, es claro que estamos en una conferencia de solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos en la que Venezuela no está presente”, dijo Álvaro Leyva Durán, canciller de Colombia, donde se ha reasentado la mayor parte de los migrantes durante la crisis. “…Reflexionemos sobre el enfoque que debemos tener para lograr un diálogo inclusivo, abierto y transparente”.
Información de: AP
