Donald Trump lanzó este domingo la primera acusación directa a Vladímir Putin, después de que un ataque presumiblemente con armas quimicas de las tropas del dictador Bashar Al Assad dejase casi medio centenar de cadáveres, en el barrio rebelde de Duma, al este de Damasco.

Precisamente al concluir la semana en que había ordenado la salida de las tropas del país, cuando pueda confirmarse la derrota de Daesh, las atroces imágenes de cadáveres, muchos de ellos niños, obligaron al presidente estadounidense a volver la vista al avispero sirio. Por primera vez desde su llegada al Despacho Oval, Trump citó expresamente a su homólogo ruso, hasta ahora siempre blindado a sus propias críticas, para denunciar el apoyo de Rusia e Irán a El Assad, a quien tachó de “animal” y le avisó de que “pagará un alto precio”.

La ofensiva del Ejército sirio, que obligó al rescate de decenas de personas con ojos irritados y problemas de respiración, síntomas habituales del efecto de las armas químicas, ha vuelto a alinear a los aliados occidentales contra Rusia. Londres exigió una investigación urgente para probar la “nueva brutalidad” de Al Assad. La Unión Europea condenó el ataque y reclamó la respuesta de la comunidad internacional.

La amenaza de Trump se vio ratificada por su asesor de Seguridad Nacional Thomas P. Bossert, quien aseguró que “todas las opciones están sobre la mesa”, en referencia a una posible respuesta de castigo de Washington. Sería la segunda acción militar directa contra Damasco a cargo de Estados Unidos, que en abril de 2017 destruyó la base áerea de Al Shayrat, como respuesta a otro ataque químico ordenado por el dictador. Entonces, el Pentágono confirmó el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk contra las instalaciones militares sirias.

Dilema de Trump

Un año después, el nuevo ataque químico sitúa a Trump ante el dilema de volver a implicarse en un país que insiste en abandonar lo antes posible, frente a la recomendación de sus asesores y altos mandos del ejército. Pese a su aparente determinación, este domingo mismo, en otro tuit, el inquilino de la Casa Blanca reprochaba a su antecesor, Barack Obama, no haber terminado con Al Assad, en alusión a la intervención militar que eludió en el último momento.

El Consejo de Seguridad se reúne mañana

Tras los hechos de ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia este lunes para analizar la situación en Siria. La reunión ha sido solicitada por nueve de los quince integrantes del consejo: Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Polonia, Países Bajos, Suecia, Kuwait, Perú y Costa de Marfil.

“De nuevo, hay informes de lo que parece un ataque con armas químicas en Siria. Desafortunadamente el uso de armas químicas para herir y matar a civiles inocentes en Siria se ha vuelto demasiado común”, lamentó la embajadora estadounidense Nikki Haley en la nota.

Haley añadió que el Consejo de Seguridad debe “unirse y pedir acceso inmediato a los efectivos de emergencia, apoyar una investigación independiente de lo ocurrido y hacer rendir cuentas a los responsables del atroz acto”.

“Estados Unidos defiende un nuevo mecanismo independiente e imparcial para atribuir el uso de armas químicas en Siria, y llama a (que se facilite) acceder a los servicios de emergencias para que den ayuda médica y hagan verificaciones sin demora”, subraya la misión.

La Sociedad Médica Siria Americana (SAMS) y la Defensa Civil Siria, grupo conocido como los «cascos blancos», afirmaron hoy en un comunicado que 42 personas fueron halladas sin vida en sus casas o en los refugios en los que se escondían de los bombardeos en Duma, controlada por el grupo rebelde Ejército del Islam.

Según las organizaciones, el ataque provocó en la población síntomas de asfixia, pulsaciones cardíacas lentas y quemaduras en la córnea, mientras que algunos afectados echaban espuma por la boca.

Tanto las autoridades sirias como Rusia han negado de manera rotunda el uso de armas químicas en los bombardeos de Duma y ninguna otra fuente independiente lo ha confirmado.