Dirigentes de la MUD le “extienden la mano” a gobernadores Adecos que se juramentaron ante la ANC

Diferentes figuras pertenecientes a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), a través de un comunicado se solidarizaron con los gobernadores que se juramentaron el pasado lunes ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

 Por parte de los opositores participantes del estado Lara se encuentran Claudio Fermín, directivo de la asociación civil Soluciones; Macario González, diputado MUD Lara.
A continuación comunicado integro.
1. La ruta democrática, estrategia que la oposición siguió luego del desastre extremista del golpe de Estado, del paro, y de la abstención entre 2002 y 2005, y que le permitió ganar un referendo constitucional, reconquistar gobernaciones y alcaldías, casi ganar la presidencia de la república, y ganar la mayoría de la AN, es una estrategia de guerra de posiciones, no de guerra de movimientos.
Se trata de conquistar posiciones, acumular progresivamente capital político, ganar fuerza: política, social, electoral, institucional, para obligar al régimen autoritario y neo-dictatorial a negociar las condiciones de una transición a la democracia plena que sea pacífica y democrática, única forma de que sea exitosa. Si se participó en las elecciones regionales era para ocupar las posiciones disputadas. Renunciar a hacerlo no sólo es traicionar al pueblo que votó, sino perder el rumbo de la ruta democrática.
2. Juramentarse no significa para nada aceptar y acatar las acciones pasadas y futuras de una ANC espuria y antidemocrática. En política y en general en cualquier actividad humana, saber dar un paso atrás para luego dar dos pasos adelante, constituye un arte necesario. Bastarán las primeras acciones de los nuevos gobernadores para que todo este necio vocerío de descalificaciones e injurias sea borrado de la memoria del pueblo.
¿Alguien callará a los gobernadores juramentados cuando hoy cuestionen a la ANC? ¿Qué es mejor: convertir esas gobernaciones en factores actuantes para la defensa de la gente y de la democracia hasta que el poder autoritario decida atropellarlas y salir de los gobernadores electos, todo lo cual tendría un elevado costo político nacional e internacional para el gobierno, o entregarlas sin disparar un tiro? ¿No vale la pena intentar que esos espacios se conviertan en un testimonio de reconciliación y verdadera unidad nacional en cada estado, dialogando y negociando incluso con nuestros adversarios del PSUV, en vez de continuar en un despeñadero de radicalismo infecundo, de extremismo inútil, de maximalismo sin destino alguno?
3. Quienes acusan a los gobernadores juramentados de incoherencia deberían pensar que la verdadera incoherencia fue que algunos sectores de la MUD abandonaran por la vía de los hechos la ruta democrática y apostaran a cuatro meses de salidismo extremista que sólo produjo muerte y derrota.
De hecho, quienes suscribimos sostenemos y subrayamos que es a esa incoherencia inicial a la que se debe la derrota sufrida por las fuerzas democráticas en estos comicios regionales. La derrota no es la de la ruta democrática y electoral sino la del atajo violento del 350 que se intentó durante estos tiempos recientes que afectó, por desconcierto y desánimo, la base electoral histórica de la oposición.
4. No juramentarse equivaldría a darle la razón a quienes propusieron la peregrina tesis del abstencionismo militante. Para no juramentarse, mejor habría sido no participar del proceso. Y significaría, además, darle una estocada de muerte a la disposición del pueblo democrático de participar en futuros procesos electorales.
No juramentarse y entregar las gobernaciones es lo mismo que entregar de una vez y sin pelear todas las alcaldías. Quienes irresponsablemente han dicho que los resultados de las elecciones regionales cancelan la ruta electoral, deberían tener la delicadeza de decirnos cuál estrategia ofrecen en cambio: ¿la calle sin retorno?, ¿esperar a ver si el caos general provoca por sí mismo el colapso del poder?, ¿la intervención económica y/o militar extranjera? Seamos serios, por favor.
5. En el campo opositor, en la MUD, sí, pero también -y tal vez sobre todo- más allá de la MUD, se están deslindando los campos: entre quienes creen en la estrategia del salidismo, del maximalismo, del todo o nada, de la calle sin retorno, del atajo, de la añoranza golpista, incluso de la intervención militar extranjera, y quienes creemos en la ruta democrática, en la participación de todos en todos los procesos electorales por altos que sean los obstáculos que se coloquen en el camino, en el diálogo, la negociación y los acuerdos, y en la calle pacífica, social, útil.
Que cada quien escoja dónde se ubica. Es preferible, sin descalificaciones ni canallescas calumnias, reconocer y constatar este deslinde real en vez de pretender una convivencia forzada que sólo hace que una estrategia trabe el desarrollo de la otra. Deslinde, claro, sin menoscabo de las coordinaciones y alianzas (en particular electorales) y de la coincidencia en acciones comunes entre unos y otros. Que la MUD se conserve pero sólo como espacio de coordinación y alianzas electorales.
 6. Invitamos a todos los venezolanos a encontrarnos en los principios que dan fundamento a la ruta democrática que, por la vía electoral y del diálogo y la negociación, alcance progresivamente una transición pacífica, es decir, no violenta, civil, es decir, no militar, y nacional, estos es, sin tutelajes extranjeros, hacia la democracia plena. Sólo de esta suerte podremos acceder a la posibilidad de reconciliar y reconstruir a la nación sobre nuevas bases. Sólo así se hará realidad la Venezuela posible: libre, democrática, de desarrollo y de progreso con justicia social para todos.
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