Entre más “nubarrones” vuelve a escena esta semana el proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición en República Dominicana. 

Con la renuncia de Timoteo Zambrano,  como uno de los  mediadores claves de la oposición, con  las dudas de los cancilleres de México y Chile de acudir al encuentro pautado para este jueves y viernes se presenta esta nueva fase que, según una fuente ligada a las reuniones, el escenario esta vez “será muy duro, no están fáciles las cosas” sobre todo por parte del Gobierno.

Las declaraciones de  Zambrano, consideradas por algunos dirigentes como “una mala señal”,   al denunciar que fue “censurado” en su aspiración a dirigir la directiva de la Asamblea Nacional (AN)   por algunos de los que  también  se sientan en la delegación, revelan que hay factores y partidos interesados en llegar a acuerdos, pero no los que se han venido planteando.

“No puedo actuar de una manera ante los ciudadanos y otra entre bambalinas. Parece que otros sí. No puedo buscar acuerdos secretos y a la sazón ser un radical impoluto ante el país (…). El verdadero liderazgo es no engañar, es no presumir y no acusar en vano para ocultar otras carencias. Es triste ver capitanes de micrófonos que lucen mansos en encuentros bilaterales a puertas cerradas”, expresó en la carta que hizo pública el pasado sábado.

Ayer, los cancilleres de México y Chile, Luis Videgaray y Heraldo Muñoz, respectivamente, dijeron que analizan si participarán esta nueva fase.

Enviaron una carta al presidente dominicano, Danilo Medina, en la que manifestaron su inquietud por las recientes actuaciones del Ejecutivo nacional.

“Hasta diciembre vimos un diálogo serio entre el gobierno y la oposición y está previsto que participemos en la tercera ronda. Sin embargo, hemos visto decisiones del gobierno no coherentes con la mesa de negociación.

Creemos que solamente a través de la negociación política se podrá llegar a una solución pacífica de la crisis extraordinariamente grave que hay en Venezuela, una crisis del orden democrático y una grave crisis social”, señaló Videgaray.

A esto también se le suma el cambio de timón en  la directiva de la AN, ahora en manos de Un Nuevo Tiempo (UNT), con Omar Barboza como presidente,  quien expresó a este medio que, aunque la delegación para asistir a la cita la designa la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)  por ser  la dirección política de la oposición, estaría dispuesto a “participar”. 

“Si la MUD me solicita participar lo haría”, afirmó al tiempo que recordó que “Julio Borges, expresidente del Parlamento, asistía como coordinador nacional de Primero Justicia (PJ)”.

Sin embargo, para Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y jefe de la delegación del Gobierno,  a pesar de las profundas diferencias políticas entre el chavismo y la oposición,  pueden conversar de forma pacífica, pero considera que  “la oposición tiene, de una vez por todas, que asumir una posición nacional”.

Consideró que  “lo que realmente atenta contra el diálogo de paz son las profundas divisiones que tiene la oposición venezolana”.

En opinión del politólogo Jesús Castillo Molleda, la “exMUD”, como define a la coalición opositora, decidió como estrategia para “revivir”  congelar el diálogo por un tiempo porque su  prioridad  es calentar el ambiente, reanimar a sus seguidores para las elecciones presidenciales, a concejales y diputaciones regionales.

“Viene de perder espacios importantes y  la elección de la nueva directiva de la Asamblea Nacional acercó de nuevo a su dirigencia; mientras que el Gobierno, no ha podido disfrutar de sus triunfos electorales  debido a los errores cometidos con la agudización de  la escasez,  los altos costos por lo que si quieren oxigenarse (la oposición) deben posponer el encuentro del diálogo”, señala.

En cualquier caso, faltan horas para el nuevo encuentro entre el Gobierno y la oposición, la tercera ronda de estos encuentros que serán clave en el año electoral.

 

NB