Diabetes en Barquisimeto: El desafío crítico que transforma la Vida cotidiana

La diabetes en Barquisimeto ya no es solo una condición médica; es una realidad que redefine el día a día, desde el plato de comida hasta la preocupación por la próxima consulta. En una ciudad marcada por los desafíos del transporte y la economía, el vivir con esta enfermedad, se convierte en una carrera de obstáculos que exige fuerza, disciplina y a menudo, un presupuesto que pocos tienen.

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Diabetes en Barquisimeto: El desafío crítico que transforma la Vida cotidiana
Diabetes en Barquisimeto: El desafío crítico que transforma la Vida cotidiana

En términos sencillos, la especialista en medicina interna Dra. Álvarez de Zubillaga, comenta que la diabetes es una enfermedad crónica en la que el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar (glucosa) en la sangre. Esta glucosa, es nuestra principal fuente de energía y proviene de los alimentos que comemos.

«El problema radica en la insulina, una hormona producida por el páncreas. La insulina es como la llave que permite que la glucosa entre a nuestras células.»

¿Cómo ha transformado la diabetes la rutina diaria y las decisiones (alimentación, trabajo, ocio) de las personas en Barquisimeto?

R: Tener azúcar en la sangre es normal, es lo que nos da energía. El problema es cuando esa concentración está constantemente alta.

El paso clave se llama prediabetes. Aquí, los niveles de glucosa ya están más altos de lo normal, pero no lo suficiente para diagnosticar diabetes. Este es el momento de la alerta máxima. Es la antesala. Si no se hacen cambios en el estilo de vida (dieta), es casi seguro que evolucionará a diabetes tipo 2.

El diagnóstico de diabetes se confirma con pruebas de laboratorio que miden la glucosa en ayunas o la Hemoglobina Glicosilada (HbA1c), que da un promedio de tu azúcar en los últimos 2-3 meses.



¿Cuáles son los desafíos emocionales o psicológicos más comunes que enfrentan los pacientes y sus familias en la ciudad?

R: La diabetes no es solo una enfermedad; es un cambio de vida rotundo, y en Barquisimeto, esto se siente con una intensidad particular. Se nota en los hogares, no es el que coma dulces, es el que constantemente lo hace y no se cuida, se sienta en un mueble y se convierta en una rutina.

Alimentación

Aquí el impacto es doble. Primero, la persona debe ser muy consciente de lo que come, controlando carbohidratos, grasas y azúcares. Segundo, entra el factor económico y de disponibilidad. Con la situación actual, a veces es más difícil y costoso conseguir alimentos frescos o proteínas magras. Muchos pacientes me dicen: «Doctora, es más fácil comprar un pan o una harina que los vegetales y las frutas que necesito». Esto fuerza a tomar decisiones difíciles que a veces van en contra de un buen control.

Para el trabajo, la necesidad de horarios fijos para las comidas y, a veces, para inyectarse insulina o tomar medicamentos, puede ser un desafío. En trabajos informales o con horarios rotativos, esto es un estrés constante.

En el ocio, salir a compartir un pepito, una empanada o una cervecita «parte de nuestra cultura larense» se convierte en un acto que requiere planificación y moderación. Ya no es espontáneo; es una decisión calculada para mantener el control.

Proceso de la diabetes
Proceso de la diabetes

¿Puede compartir un testimonio o una anécdota particularmente reveladora sobre lo que significa vivir con diabetes en el contexto socioeconómico actual de Barquisimeto?

R: Los desafíos emocionales y psicológicos de la diabetes son tan reales como los físicos, aunque a menudo pasan invisibles. Los pacientes y sus familias luchan constantemente contra el miedo a las complicaciones graves (como la pérdida de visión o las amputaciones) y la ansiedad por mantener un control estricto de la glucemia, a lo que se suma la preocupación por el costo del tratamiento.

Es común la frustración por los altibajos de los niveles de azúcar y, peor, la culpa cuando se percibe un «fallo» en la dieta, una carga que se vuelve pesada cuando hay críticas en lugar de apoyo familiar. Después de años de vigilancia, muchos pacientes sufren el burnout diabético, un agotamiento que los lleva a un peligroso deseo de «descansar» de la enfermedad y abandonar el tratamiento. Paralelamente, los familiares, especialmente los cuidadores, experimentan la carga familiar y el estrés por un estado de alerta constante, vigilando horarios y niveles, lo que impacta profundamente su propia salud mental.

¿Qué tan accesible es la atención especializada (endocrinólogos, nutricionistas, podólogos) para la población diabética de bajos recursos en Barquisimeto?

“Un paciente, un señor de 60 años, jubilado, me contó que el día que se le acabaron las tiras reactivas (para medir la glucosa) tuvo que decidir entre comprarlas o el medicamento para la tensión arterial de su esposa. Me dijo, con los ojos aguados: ‘Doctora, me tocó guiarme por el ‘ojo’, por cómo me sentía, porque la vida de mi esposa era más urgente’.

Este testimonio revela la cruda realidad: en el contexto socioeconómico de Barquisimeto, la diabetes no es solo una batalla con la glucosa; es una batalla económica. La falta de insumos accesibles y la priorización forzosa entre tratamientos vitales (insulina, tiras, fármacos para complicaciones) convierten el manejo de la diabetes en una situación de emergencia constante para las familias de bajos recursos.

Diabetes en Lara: La triada de la crisis silenciosa

Realmente, puedo ofrecerle una respuesta basada en la epidemiología nacional y la práctica clínica en Venezuela, donde las complicaciones microvasculares siguen un patrón bien establecido y representan una carga significativa en la región larense.

Las complicaciones de la Diabetes Mellitus generan una intensa carga asistencial en los centros de salud del estado Lara, afectando principalmente a los sistemas microvasculares. Entre las más prevalentes y graves destaca la Retinopatía Diabética (RD), considerada la principal causa de ceguera evitable en la población adulta productiva. Lamentablemente, la limitada disponibilidad de exámenes especializados rutinarios (como el fondo de ojo) conduce a que muchos pacientes sean diagnosticados en fases avanzadas, como la retinopatía proliferativa, lo que incrementa la complejidad y el costo de los tratamientos necesarios para preservar la visión.

Complementando el impacto ocular, la Neuropatía Diabética Periférica (NDP) es sumamente común, manifestándose con la crítica pérdida de sensibilidad en los pies. Esta condición es el principal precursor del Pie Diabético, una de las mayores fuentes de morbilidad y hospitalización en la región, ya que las úlceras e infecciones asociadas a la falta de control glucémico y la atención preventiva inadecuada frecuentemente culminan en amputaciones no traumáticas.

La diabetes se convierte en un desafío para el larense
La diabetes se convierte en un desafío para el larense

Impacto en la Vida Diaria

Tener diabetes obliga a una estricta conciencia sobre la alimentación, donde el control de carbohidratos y grasas es vital. Esta necesidad choca con la realidad económica de la ciudad, haciendo que la adquisición de alimentos frescos, vegetales y proteínas magras sea a menudo más difícil y costosa que opciones menos saludables.

En el trabajo, la exigencia de horarios fijos para comidas y la administración de medicamentos o insulina se vuelve un estrés constante, especialmente en empleos informales. Incluso el ocio —ese compartir espontáneo de un «pepito, una empanada o una cervecita»— se transforma en un acto calculado de planificación y moderación.

Finalmente, la Enfermedad Renal Diabética (Nefropatía) representa la causa primordial de Insuficiencia Renal Crónica Terminal. Los pacientes llegan a las unidades de diálisis en estado avanzado debido al diagnóstico tardío de la microalbuminuria y al control subóptimo de la glucemia y la hipertensión, lo que establece al Pie Diabético, la Retinopatía y la Insuficiencia Renal Crónica como las tres complicaciones con mayor impacto clínico y asistencial en Lara.

Basándose en la perspectiva de la doctora Álvarez en Barquisimeto, la diabetes se erige como un obstáculo de gran envergadura que trasciende lo meramente clínico. La enfermedad representa una carga financiera considerable para el ciudadano larense, ya que los tratamientos y el manejo continuo son bastante costosos.

Este factor se agrava en un entorno donde los pacientes ya afrontan múltiples adversidades socioeconómicas, creando un círculo vicioso: la dificultad para acceder a un tratamiento adecuado no solo complica la salud individual, sino que también genera tensiones y problemas adicionales en el núcleo familiar, exacerbando la crisis de salud pública en la región de Lara.

Por: Edwin «Sports» Hevia Cadevilla
NB