Descubre estos cuatro trucos que te ayudarán a acelerar tu metabolismo y perder peso de forma saludable

Peso Saludable
Peso Saludable

 En primer lugar, habría que comenzar definiendo qué es el metabolismo. Hace referencia a todos los procesos físicos y químicos del cuerpo que convierten o usan energía como circulación sanguínea, regulación de la temperatura corporal, respiración, contracción muscular, digestión, funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso y la eliminación de desechos. En definitiva, serían todos los procesos implicados en que la máquina del cuerpo funcione.

Es cierto que las calorías están relacionadas con el metabolismo, pero no lo son todo. “La nutrición no está bien contemplada, se habla mucho de calorías y no se habla realmente de nutrición. Por ejemplo, la diferencia entre un trozo de turrón y un puñado de nueces, pueden tener las mismas calorías, pero los nutrientes de las nueces el cuerpo los va absorber y quemar mientras que los añadidos del turrón, como el azúcar refinado, no”, explica Raquel Ramírez, dietista nutricionista, especialista en acción metabólica.

Parte de las calorías de los alimentos es transformada en energía para el organismo, pero hay otra que es almacenada para ser utilizada en un futuro. Estas calorías se almacenan en forma de glucógeno, que son la forma principal de almacenamiento de los carbohidratos en el cuerpo y cuya función principal es ser una fuente limitada de energía. También se almacenan como triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre. Aunque tienen que mantenerse en su justa medida, puesto que un nivel alto de triglicéridos aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas y arteriales.

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Reducir el tejido graso

La intención principal de acelerar el metabolismo o la tasa metabólica basal, es reducir el tejido graso, consumiendo más energía. “Para acelerar el metabolismo se tienen que realizar un conjunto de hábitos y de alimentación, no vale solo hacer ejercicio”, especifica Ramírez. Hay que tener en cuenta que el metabolismo en reposo, de cada persona, depende también de factores como la altura, la edad o el sexo, es decir, variables fijas que no pueden modificarse.

Que ciertos valores no se puedan modificar no es algo negativo, sino natural, se llama homeostasis y es la capacidad que tiene el organismo de mantener una condición interna estable compensando los cambios externos. El cuerpo humano mantiene un equilibrio dinámico, gracias a varios sistemas de control como la regulación de la temperatura y el balance entre la acidez del cuerpo y la alcalinidad.

Alimentos sin conservantes

Por ejemplo, si el organismo no tuviera esta propiedad, al consumir más energía que la que necesita subiría la temperatura con el respectivo peligro para la salud, por lo que es imposible consumir más calorías de la que requiere el cuerpo. En concreto, los especialistas recomiendan no saltarse ninguna comida, sobre todo el desayuno, ya que, durante la noche, el organismo se ralentiza y comienza a funcionar en el momento en el que se ingiere algo.

“Un alimento en sí no tiene la habilidad de acelerar el metabolismo, aunque sí existe un conjunto de alimentos que pueden ayudar a que este se active. Hay que comer alimentos frescos y tener una alimentación muy limpia, sin conservantes”, destaca la especialista. “El aguacate, los frutos secos o el cacao son buenos aliados”, añade.

La clave es hacer deporte

Cuidar la alimentación es un extra de la pieza principal en la aceleración del metabolismo, el deporte. Realizar actividad física es realmente lo que va a marcar la diferencia en cuanto a la quema de grasas, ya que, con el movimiento, las células consumen energía para seguir alimentando la maquinaria del organismo.

Vida activa

Los músculos empiezan a consumir glucosa, reduciendo así la concentración inmediata en sangre. Cuando esta no sea suficiente, el organismo consumirá glúcidos y grasa al entrar en lo que se denomina proceso catabólico, fase en la que se produce la energía necesaria para toda la actividad que tiene lugar en las células.

El único activador del metabolismo es la masa muscular, cuanto más músculo hay, más rápido se activa y más energía se necesita para alimentar ese músculo. Además, aun parando el ejercicio de forma súbita, tras estar un rato realizando una actividad física, el cuerpo continúa un tiempo consumiendo la energía almacenada hasta que vuelve al estado de reposo. Es la adaptación que genera la homeostasis.

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El café es una trampa

Bien es cierto que algunas sustancias, como la cafeína, pueden acelerar el consumo de grasas y glúcidos, actuando sobre varios receptores que regulan la producción de energía, pero esta molécula tiene una doble cara. “El café provoca un estrés interno que a su vez hace que el cuerpo segregue cortisol, la hormona del estrés. Cuando hay un exceso de la misma, se reduce la quema de grasas”, sentencia la nutricionista especialista en acción metabólica.