Las inmediaciones del terminal de Barquisimeto, localizado en la calle 42, entre calles 25 y 24 se han convertido en el punto de referencia para la venta del maíz, mismo lugar en el cual se empaqueta y se comercializa, sin ningún permiso sanitario y ante los ojos de los mismos funcionarios policiales, quienes se hacen de la vista gorda.
Carmen Díaz, quien acababa de comprar un kilo de maíz amarillo en 6.000 bolívares, dijo que ella hacía el sacrificio porque estaba más caro, aunque era consciente que no había ningún tipo de seguridad e higiene. Alegó que ante la escasez, a veces no le queda otra opción que comprar ese tipo de producto, debido a que una harina ya supera los 12.000 bolívares.
Otras personas al ver como los vendedores informales regaban el maíz en el suelo, preferían abstenerse a comprar, alegando que eso tipo de producto no cumple con las normas de higiene.
“A eso no le pasa nada, porque eso lleva mucha candela”, esa fue la repuesta de Robert Mogollón, quien dice que ya tiene cerca de seis meses vendiendo maíz en las adyacencias del terminal.
“Aquí la gente no le para a eso, nosotros quisiéramos tener un local, para no trabajar en el piso, porque sabemos que algunas personas son meticulosas”. Otras de las molestias del peatón y conductor es que los vendedores de maíz se ubican en las aceras y esquinas u hombrillo del asfalto imposibilitando el libre acceso por la zona.
El Informador