En las calles de Barquisimeto, lo que para muchos es simplemente basura, para Pablo González es la materia prima de un emprendimiento innovador. Este ingenioso artesano está liderando una pequeña gran revolución creativa que transforma los cauchos viejos en piezas de mobiliario con diseño y conciencia ecológica.
Con tan solo cinco meses de haber iniciado este proyecto, González se ha enfocado en demostrar el potencial de la transformación y el reciclaje. «Me llamó la atención de lo que puede surgir la transformación, o sea de cómo algo quizá lo podamos ver inservible o por desecho es transformado», comenta. Su filosofía es clara: con «sabiduría e inteligencia», y enfocándose en una meta, «todo es posible».
La labor de Pablo González no es solo reutilizar, sino reparar y dar propósito. Él mismo admite que lo más sencillo es conseguir los neumáticos, los cuales, a veces llegan como «bendiciones» de manos de vecinos, pero el verdadero desafío reside en el tejido y el meticuloso proceso de ensamblaje.



Cada mueble es una obra de paciencia y precisión, que puede tomar hasta dos días con todos los materiales a la mano. El proceso incluye la incorporación de madera, tornillos y pintura en esmalte, barniz y sellador para garantizar la durabilidad y la estética. El resultado es un mobiliario único, como su primer juego de sala completo, que incluye mesa con vidrio y cojines.
Ubicado en la carrera 18 entre calles 19 y 20 de Barquisimeto, Pablo González ofrece soluciones adaptadas al cliente. Aunque su juego de tres muebles con mesa tiene un precio base de 150$, su modelo de negocio es flexible. «Nos podemos moldear a la necesidad de la persona», afirma, dispuesto incluso a cobrar solo la mano de obra si el cliente trae los materiales. El objetivo, dice, es que el cliente «se vaya contento» con una pieza que es funcional y amigable con el ambiente.
Los interesados en apoyar el diseño sostenible y darle una segunda vida a los cauchos pueden contactarlo al 0424-5101632.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto