Corea del Norte conmemora esta semana el décimo aniversario del fallecimiento de Kim Jong-il

Durante diez años la nación asiática ha vivido varios hitos importantes en su historia: desde la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Corea del Sur hasta un nuevo salto en el desarrollo de armas balísticas, que Pionyang sigue probando y que generan críticas internacionales.

Corea del Norte conmemora esta semana el décimo aniversario del fallecimiento de Kim Jong-il, quien gobernó el país desde 1994 hasta 2011, cuando lo relevó su hijo menor, Kim Jong-un, que en aquel entonces tenía solo 29 años.

Desde la muerte del ‘amado líder’, la nación asiática ha vivido varios hitos importantes en su historia: la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Corea del Sur como parte de la idea de una Corea unificada, el restablecimiento de las relaciones con EE.UU. (lo que culminó con una reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un), una reunión histórica con el mandatario surcoreano, Moon Jae-in, y un nuevo salto en el desarrollo de armas balísticas, que Pionyang sigue probando y que provocan críticas internacionales.

¿Una “esperanza” para los norcoreanos de a pie?

De acuerdo con los analistas, el joven líder empezó su mandato actuando de una manera diferente a la de su padre, tratando de ‘normalizar’ a Corea del Norte. Intentó hacerlo a través de la institucionalización y la delegación de un mayor liderazgo y ganándose el respeto de otros países desarrollando armas nucleares y participando en reuniones con líderes extranjeros, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin, y el mandatario chino, Xi Jinping.

En ocasiones, esto ha suscitado expectativas de reforma económica en el Estado socialista, o cambios en su relación con sus viejos enemigos, Estados Unidos y Corea del Sur.

Por otra parte, el cambio sistémico no se ha materializado, ya que Kim continuó con muchas de las prácticas de su predecesor, desde el control de la economía y la sociedad hasta los reportados campos de prisioneros políticos y las ejecuciones.

“Creo que la experiencia del Gobierno de Kim para los norcoreanos de a pie fue un momento de esperanza en esos primeros años, seguido de una regresión a la media”declaró a Reuters Christopher Green, de la Universidad de Leiden, en Países Bajos.

Armas nucleares y sanciones 

Bajo el mandato del joven líder, Corea del Norte realizó cuatro de sus seis pruebas de armas nucleares —incluida la que parece ser su primera bomba de hidrógeno— y desarrolló una serie de misiles balísticos intercontinentales. Los analistas estiman que actualmente el líder tiene entre 15 y 60 ojivas nucleares a su disposición, informa Deutsche Welle.

“Se ha producido un avance cualitativo en el complejo militar-industrial. Aunque los cimientos de este avance los puso Kim Jong-il, todos los avances importantes, incluyendo el desarrollo de armas termonucleares y de armas balísticas intercontinentales, se lograron bajo el mandato de Kim Jong-un”explicó a Gazeta.ru Andréi Lankov, politólogo de la Universidad Kookmin, en Corea del Sur.

Los expertos consideran que esa búsqueda de armas nucleares ha dejado al país aislado y enfrentando quizás los mayores desafíos hasta el momento. Así, en 2017, los 15 países del Consejo de Seguridad de la ONU aprobaron por unanimidad una serie de sanciones que prohibían a Corea del Norte vender directa o indirectamente al exterior carbón, hierro y plomo y pescados y mariscos.

Cumbres históricas

Sin embargo, los intentos de Kim por conseguir un alivio de las sanciones y un avance en las relaciones con Estados Unidos llevaron en 2018 a una cumbre histórica y sin precedentes con el entonces presidente estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, las conversaciones se han estancado desde entonces, y Washington exige que Pionyang entregue algunas de sus armas antes de que se suavicen las sanciones.

Ese mismo año, Kim se reunió también con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, en un encuentro en el que los dos líderes se comprometieron a trabajar hacia una “completa desnuclearización” de la península. Las reuniones estuvieron marcadas por el hecho de que ambos mandatarios cruzaron la frontera mutua, una acción simbólica que convirtió a Kim en el primer líder norcoreano en pisar territorio surcoreano y a Moon en el primer presidente surcoreano en entrar a pie en el país vecino.

Otro acto simbólico tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de  Invierno de Pyeongchang 2018, en los que los deportistas norcoreanos no solo tomaron parte, sino que desfilaron junto con la delegación surcoreana bajo la bandera de la unificación coreana durante la ceremonia inaugural.

“El país sigue siendo pobre”

En sus primeros años, Kim Jong-un experimentó con la reforma económica con el fin de generar los excedentes que necesitaba para dirigir las redes de patrocinio que sostienen al Gobierno autocrático, detalla Green.

“Hasta hace poco, había reformas económicas parecidas a las de China, pero no iban acompañadas de reformas políticas”, explica por su parte Lankov, que también señala que, “sin embargo, estas reformas han quedado en suspenso y el Gobierno está tratando de hacerlas retroceder, aunque todavía no está claro el éxito que tendrá”. “Aun así, los 10 años de mandato de Kim son un periodo en el que se produjeron grandes cambios”, agregó.

Sin embargo, la pandemia ha hecho que el Gobierno refuerce aún más su control sobre la economía, poniendo en duda el futuro de los mercados negros y de los negocios oficiales de los que muchos norcoreanos habían llegado a depender. 

“Durante casi 30 años, los norcoreanos han ido a China de forma ilegal para trabajar, pero ahora eso también ha cesado. El país está completamente aislado. Al mismo tiempo, se está restableciendo un sistema eficaz de control interno”, subrayó el politólogo, que destacó que, aunque “el país sigue siendo pobre”, “no lo es tanto como bajo el mandato de Kim Jong-il”

“Veremos a Kim Jong-un reinar durante varias décadas más”

Por su parte, Duyeon Kim, investigador del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, señaló que lo más importante para Kim ahora será sacar a Corea del Norte de su crisis pospandémica y trazar un camino creíble para la recuperación económica.

“Incluso si Pionyang opta por aislarse hasta que la pandemia remita, Corea del Norte ha demostrado antes que es resistente, ya que sobrevivió a la más dura de las hambrunas en la década de 1990, y China siempre seguirá ayudando a mantener el país a flote”, asegura el especialista. “Creo que veremos a Kim Jong-un reinar durante varias décadas más si consigue mantener su salud”, concluye.

Con información de RT