Un equipo que rastrilla los escombros de uno de los incendios más mortíferos de la historia de California en busca de víctimas, halla a un hombre tumbado boca abajo y con las pantorrillas quemadas entre dos camionetas cubiertas de cenizas.“Nunca te acostumbras. Hay que enfrentar la realidad”, dice uno de los tres integrantes del equipo, conformado por tres subcomisarios, que busca víctimas en los alrededores de la localidad de Paradise.

El incendio bautizado “Camp Fire”, a los pies de la Sierra Nevada, al norte de Sacramento, capital de California, se cobró 29 vidas, arrasó 6.400 edificaciones y prácticamente borró del mapa a Paradise.

El domingo, el equipo condujo durante varias millas por un empinado camino rocoso, en busca de eventuales víctimas. Prácticamente no hablan y se enfocan en la dura tarea.

Decenas de personas están desaparecidas desde que el fuego comenzó el jueves y arrasó la zona. Algunos sobrevivientes pueden haberse guarecido en algún hotel o refugio, sin posibilidad de comunicarse con sus seres queridos, pues las llamas destruyeron las torres de telefonía celular.

Globovision