El gobierno colombiano implementará desde ahora el uso de la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) y el Permiso especial de permanencia (PEP), a través de los cuales las autoridades migratorias controlarán el ingreso y la estadía de venezolanos a esa nación.

La TMF se utilizará con quienes necesiten cruzar de manera constante la frontera, mientras que el PEP es para quienes se hayan ido a vivir al país neogranadino después del 28 de julio de 2017.

El servicio migratorio estableció que para obtener ambos documentos, los interesados deberán consignar los siguientes recaudos: Haber ingresado por un puesto de control autorizado y tener el pasaporte sellado.

Además no podrán tener antecedentes judiciales, ni medidas de deportación o expulsión por parte de Migración Colombia.

Quienes posean la TMF no podrán transitar libremente y solo se les permitirá permanecer en la zona fronteriza, no podrán estudiar, ni trabajar, tampoco podrán afiliarse al sistema de salud, ni podrán vivir ese país.

Cabe recodar que en nuestro país viven más de seis millones de colombianos, a quienes en ningún momento la Revolución Bolivariana les ha negado la posibilidad de acceder a beneficios y los programas sociales.

A ese número se les suma la gran cantidad de neogranadinos que viven en las zonas fronterizas y que constantemente ingresan al país, para recibir atención médica gratuita y de calidad, así como estudiar en escuelas o universidades públicas.

Cada vez que el gobierno nacional ha intentado poner orden y llevar un control a la entrada de estas personas a suelo patrio, el Ejecutivo colombiano ha expresado su rechazo a la misma de forma exagerada y muchas veces altanera, al punto de llevar estos casos a instancias internacionales alegando que se viola los derechos humanos de sus conciudadanos.

 

NB