Conoce la historia del Yorkshire Terrier que salvó a 250 soldados en la Segunda Guerra Mundial

En algún momento de la Segunda Guerra Mundial, un batallón de soldados estadounidenses se vio en una encrucijada. Ese día, un perro, un pequeño Yorkshire Terrier, salvó la vida a centenares de militares y se convirtió en un héroe del conflicto.

Varios meses antes, en marzo de 1944, el cabo Bill Wynne, un nativo de Ohio de 22 años que se encontraba destinado en el Cuerpo Aéreo del Ejército de EE.UU. en NadzabNueva Guinea, se encontró a una diminuta Yorkshire Terrier.

En realidad, la había encontrado uno de sus compañeros en una trinchera abandonada a un lado de la carretera. El hombre estaba dispuesto a venderla. El animal estaba desnutrido y escuálido. Y debido a que otro soldado había pensado que el perrito estaba demasiado caliente debajo de todo su pelaje, la había esquilado dejando su cabello sobresaliendo en mechones desiguales.

Sin embargo, Wynne, quién había estado cerca de los perros toda su vida, decidió quedarse con el animal: desembolsó el precio de venta que pedía el soldado y la llamó Smoky. Durante aproximadamente año y medio, el soldado y la perrita iban a sobrevivir a ataques aéreos, tifones y una decena de misiones de combate juntos.

Wynne encontró a Smoky muy fácil de entrenar, y en muy poco tiempo la perrita estaba ayudando en el frente de batalla, teniendo su momento de gloria cuando la embestida de los alemanes estaba afectando la comunicación, y los comandantes estadounidenses necesitaban con urgencia pasar las líneas telefónicas a través de una tubería que se extendía varios metros bajo tierra desde la base hasta tres escuadrones separados, donde todos carecían del equipo adecuado.

Dicha tubería tenía solo 20 centímetros de diámetro, y la única forma de poner las líneas en su lugar era hacer el trabajo a mano, es decir, que docenas de hombres cavaran una zanja para colocar los cables bajo tierra, un trabajo sumamente peligroso que habría llevado días, y que dejaría a los hombres expuestos a los ataques enemigos constantes.

Así fue como depositaron todas sus esperanzas en una solución poco convencional: enviar a la pequeña Yorkshire terrier a través de la tubería con una cuerda de cometa atada a su collar. La cuerda podría usarse para enhebrar los cables a través de la tubería. Llamándola, persuadiéndola para que avanzara desde el otro lado, estaba su dueño,el cabo Wynne.

Smoky llegó al otro lado, se estableció la red de comunicación y se le atribuyó el salvamento de la vida de unos 250 hombres y 40 aviones ese día. Sin embargo, en los años venideros, la pequeña Yorkieobtendría otra gran aclamación al convertirse en uno de los primeros perros de terapia para los soldados heridos.

Después del acto de Smoky, en la Segunda Guerra Mundial trajeron más perros y finalmente construyeron una perrera en el terreno para albergarlos a todos. La tendencia se extendió, y de la misma manera en que los dueños ofrecieron voluntariamente a sus perros para servir con las fuerzas estadounidenses que luchaban en el extranjero, trajeron a sus mascotas para servir como perros de hospital para ayudar a los soldados heridos a recuperarse de sus heridas.

Globovision