Independientemente de la intensidad y duración de los calambres, es fundamental tomar medidas que te permitan mejorar esta condición y puedas tener un sueño realmente reparador.
Calambres nocturnos
Son contracciones involuntarias y dolorosas o espasmos de los músculos de las piernas, que por lo general ocurren cuando la persona está acostada, interrumpe el sueño y genera mucha incomodidad.
Si se presentan con mucha frecuencia se sugiere acudir con un especialista de la medicina para que te evalúe y pueda indicar las medidas a tomar y mejorar la salud de tus piernas.
Causas
Los calambres nocturnos que pueden dar en la pantorrilla o el pie, puede ser causado por muchas condiciones o actividades que incluyen: ejercicio vigoroso, lesiones, o el uso excesivo de los músculos; niveles bajos de potasio, calcio, magnesio y otros minerales; enfermedad arterial periférica; enfermedad renal; la enfermedad de la glándula tiroides; esclerosis múltiple; uso de medicamentos tales como: diuréticos, anticonceptivos, esteroides, entre otros; estar sentado o de pie por mucho tiempo; colocar las piernas en posiciones extrañas mientras duerme; el embarazo.
Esta condición es más común en las personas mayores de 40 años, pues a esta edad tienen más probabilidades de tener alguna condición subyacente o toman algún medicamento que pueda causarles calambres musculares nocturnos.
En muchos casos, también han experimentado un declive en su fortaleza y su flexibilidad muscular.
¿Cómo tratarlos?
En los casos en los que se presenta el calambre en la pantorrilla, ponerse de pie y recargar el peso del cuerpo sobre la pierna en la cual tiene el calambre, doblando un poco la rodilla.
Si el dolor es muy alto y no lo deja ponerse de pie, estirar la pierna colocándola recta y flexionar el pie hacia arriba en dirección de la cabeza, puede mejorar la situación.
Igualmente puede aliviar el dolor del calambre aplicando calor o frío: Colocar hielo o una compresa fría directamente sobre la zona del calambre, o una toalla caliente o una almohadilla térmica, ayuda a relajar el músculo.
También puede tomar un baño o ducha caliente para disminuir el dolor y la sensibilidad muscular.
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Prevenir los calambres nocturnos
Aunque los calambres nocturnos suelen presentarse sorpresivamente, éstos se pueden prevenir con estas medidas:
Realizar ejercicio mínimo 30 minutos diariamente.
Mantener buena hidratación. Es recomendable beber agua en cantidades suficientes, preferible más de 2 litros al día.
Ingerir alimentos ricos en potasio, magnesio y calcio.
Realizar estiramientos después de la actividad física y antes de acostarse.
Usar calzado cómodo y adecuado.
Evitar las bebidas alcohólicas y la cafeína, ya que provocan deshidratación.
Masajear las piernas para activar la circulación sanguínea