Claudio Fermín: “No es inmoral negociar con quien tiene el poder”

Claudio Fermín, coordinador del movimiento “Soluciones para Venezuela”, considera que Nicolás Maduro y Juan Guaidó deben sentarse a negociar y no plantearse una “guerra extrema en Venezuela”.

“Maduro y Guaidó tienen una inmensa responsabilidad con Venezuela. No tienen el derecho de lanzarnos por el abismo del lodo y la confrontación extrema. No tienen derecho a hacerle creer al país que no hay salidas pacíficas, civilizadas”, dice el también el sociólogo y ex candidato presidencial.

¿Cuáles, a su juicio, serían los temas en una negociación con el gobierno?

-Lo primero que quiero decir es que este es un momento de mucha contrariedad. Es un momento terrible para quienes vivimos aquí. No somos impermeables frente a los buenos consejos y orientaciones que recibimos de compatriotas que residen en otros sitios. Pero los que vivimos aquí las veinticuatro horas del día, siete días a la semana durante estos veinte años, tenemos los pies sobre la tierra y sabemos quién tiene el poder.

-Cuando un abogado tiene un cliente en materia mercantil, penal, civil, y le toca ir a la máxima instancia, que es el Tribunal Supremo de Justicia, no se va a Miami o a Bogotá. Se va a su sede, que queda al final de la avenida Panteón; porque allí es donde están las decisiones del TSJ. Ese es el poder real. Entonces, yo no quiero dar esta respuesta dentro de esas corrientes especulativas; que andan pastoreando nubes; buscando el sexo de los ángeles, sino pisando la tierra, con los pies en la tierra.

-Quien tiene hoy el poder; porque controla las Fuerzas Armadas; porque tiene una ascendencia, que llega hasta el punto de injerencia indebida en los tribunales; porque controla 42 ministerios y vicepresidencias; porque ha anulado con su poder a la Asamblea Nacional con la figura absurda del desacato, no es otro que Nicolás Maduro, y el gabinete de Nicolás Maduro y la Dirección Nacional de Psuv. Esos son los que ejercen hoy en día el poder en Venezuela.

-Y digo esto, porque he observado con preocupación que, desde sectores opositores se considera inmoral, indebido, negociar o dialogar con estos sectores. Es decir, parecieran preferir un ejercicio de auto boca; un ejercicio de confort, que es dialogar solamente entre nosotros la gente de la oposición.

-Pero ese diálogo tiene un inconveniente, y es que deja por fuera al interlocutor que tiene el poder. Quiero decir con entera responsabilidad; que no nos dejemos chantajear por falsos moralismos; que nos extravían, que nos hacen perder el rumbo.

-No es verdad que negociar con el poder sea inmoral. No, el único destinatario de nuestros reclamos; si de verdad queremos que haya rectificaciones y cambios; el único interlocutor de nuestras quejas y protestas cara a cara es Maduro. Así que con este sector del “madurismo” es con quien tenemos que negociar los demócratas; si queremos en paz desmantelar este amasijo de cosas, en primer lugar.

-Segundo, no sólo considero pertinente esa negociación, sino que a mí me llama profundamente la atención que quienes hasta ahora han negociado desde hace veinte años… No los estoy señalando ni acusando: son veinte años que tienen negociando. Hay tres magistrados de la oposición en el Tribunal Supremo de Justicia. ¿Quién los negoció? ¿Quién los nombró? No fue el chavismo quien los nombró generosamente?

-Ahí hay un rector en el Consejo Nacional Electoral por quien yo siento un profundo respeto, y a quien le ha tocado muy difícil; que es el doctor Luis Emilio Rondón, y quien lo ha hecho con dignidad y solvencia: pero, ¿cómo está él ahí; acaso gratuitamente, porque Maduro lo nombró? No, él está ahí, porque hubo unos sectores de la oposición que lo negociaron.

-Yo más bien lo que lamento es que esas negociaciones se hayan cancelado, bien por temor a la opinión pública; por mandato de fuentes extremistas o bien por cansancio de los operadores o por cualquier otro factor. Yo no los estoy acusando de algo indebido; por el contrario, los estoy acusando de haber abandonado las negociaciones.

-Aquí hubo negociaciones públicas por televisión; cuando Maduro se reunió con un grupo de dirigentes de oposición. Yo me acuerdo, al inicio de los diálogos, cuando Maduro le dijo a Diosdado Cabello: no me toques la campanita. Me acuerdo que aquí vino el Vaticano y volvieron a negociar. Recuerdo que fueron a República Dominicana: Julio Borges y Jorge Rodríguez, que presidían ambos equipos de negociación. Ahora, quienes creemos en la negociación, y no en la guerra, no sabemos por qué todas esas negociaciones fracasaron. Julio Borges y Jorge Rodríguez, para poner dos nombres, están en deuda con nosotros; igual que muchos otros, que nos tienen que explicar: por qué fracasaron.

El hecho es que fracasaron; porque al final el gobierno no cumplió con lo que se comprometió en esos diálogos. ¿No le parece?

-Nosotros, los venezolanos que creemos en una vía pacífica, no debemos cometer los mismos errores en la negociación. Ahora, si usted va a escoger para negociar a dos representantes de sectores que son gente hostil, cuyo objetivo es el exterminio del contrario; bueno, ya empezó mal: usted tiene que empezar por escoger negociadores que tengan una actitud proclive al entendimiento; usted tiene que seleccionar una agenda pertinente; unos intermediarios pertinentes.

-Ahora, fíjese usted lo que está pasando: Nicolás Maduro tiene el poder de las fuerzas armadas, tiene el control del Banco Central de Venezuela, tiene el control del Tribunal Supremo de Justicia, tiene el control sobre 42 ministerios y vicepresidencias. El poder de Maduro es obvio; aunque haya perdido gobernabilidad; aunque no demuestre capacidad para ejercer el cargo, y los venezolanos no recibamos respuesta, pero su poder es evidente.

-Ahora, fíjese usted Juan Guaidó del otro lado: Guaidó tiene los partidos de la antigua Mesa de la Unidad, hoy bajo el formato del Frente Amplio; tiene 112 diputados que le están siguiendo en el reconocimiento de lo que él está diciendo que es el presidente interino de Venezuela; tiene el apoyo del Grupo de Lima, del gobierno de los EEUU; el de algunos gobiernos de la Unión Europea; es decir, Guaidó no tiene el poder de la fuerza del gobierno; pero tiene un poder político. Tiene el poder de la opinión pública mundial.

-Estos dos señores, que son íconos de la polarización extrema: ¿no se van a sentar nunca? Protesto esa indolencia. O es que el destino tanto el de Maduro como el de Guaidó es plantear la guerra extrema; mientras los venezolanos no somos sino espectadores de este choque de trenes. Porque no es Maduro quien destruye a Guaidó o Guaidó quien destruye a Maduro. Sino que en el esquema de polarización extrema ha anestesiado el debate.

-Maduro y Guaidó tienen una inmensa responsabilidad con Venezuela. No tienen el derecho de lanzarnos por el abismo del lodo y la confrontación extrema. No tienen derecho a hacerle creer al país que no hay salidas pacíficas, civilizadas. Si, verdaderamente, Venezuela valiera más que la vanidad o la soberbia de los grupos de poder, estos dos señores deberían sentarse a conversar por el beneficio Venezuela.

-Entonces, no es con nosotros con quien se va a negociar. Nosotros no estamos pidiendo que se negocie con nosotros; pues no somos ningún referente político que tenga algo que ofrecer en esas negociaciones. En cambio, Guaidó tiene algo que ofrecer en esa negociación: tiene 112 diputados de la AN; tiene la capacidad como para que el bloqueo económico, que es muy lesivo a Venezuela, pueda extinguirse.

-Maduro tiene mucho que ofrecer en esa negociación. El es el custodio de más de 800 presos políticos que están injustamente y arbitrariamente privados de su libertad. Él es el responsable de toda una política de expropiaciones; de confiscaciones; de persecución a la propiedad privada; de inseguridad jurídica que está en sus manos levantar.

-¿Cómo puede Venezuela seguir en este esquema de deterioro infinito: dos fiscales, dos tribunales supremos, dos asambleas nacionales, y hay hasta quienes creen que tenemos dos presidentes? Ningún país puede avanzar así.

-Entonces, yo me remito a lo que dije antes: si nosotros no bajamos hasta los mínimos posibles esta confrontación extrema que hoy prevalece, aquí no habrá inversiones; por consecuencia, no habrá puestos de trabajo; no habrá ingresos; por lo que no se podrá combatir la pobreza. Entonces, hay que pensar en Venezuela.

¿Qué piensa usted que se debe hacer?

-Nosotros, en “Soluciones Para Venezuela” estamos proponiendo que se llame a una consulta general. Vamos a darle el derecho de palabra al pueblo; que sean los ciudadanos los que voten hoy, y que escojan las autoridades a todos los niveles. Porque, fíjate: Maduro no quiere elecciones: él fue electo el 20 de mayo. Ah, pero de mayo a acá ha transcurrido un año y, no obstante, que fue electo en un año, ha perdido todo tipo de legitimidad. Ni siquiera quienes votaron por él el 20 de mayo hoy lo respaldarían, y ha perdido capacidad de respuesta. No hay una sola medida de Maduro de distensión política. En un año que tiene, que fue electo, no ha soltado un solo preso político. No ha designado un nuevo CNE. No ha tomado ninguna medida relativa a la reactivación del aparato productivo. Entonces, es un gobierno inerte. No quiere elecciones.

-Del otro lado tampoco quieren elecciones. Porque Guaidó plantea cese de la usurpación, y que ahora nos dice, que es una cosa por goteo, y después de eso plantea un gobierno de transición que puede durar tres o cuatro años. No sabemos. Y después, al final del camino, es cuando plantea elecciones. En criollo, tampoco quiere elecciones. Nosotros, por el contrario, planteamos elecciones ya, para poder desatar estos nudos; que son los que Venezuela necesita para avanzar.

¿Será necesario un cambio en el CNE?

-Un cambio en el CNE, a mi juicio, es necesario y es deseable. Primero, hay rectoras desde el punto de vista administrativo formal, que tienen su periodo vencido. Segundo, la composición es violatoria del espíritu de la Constitución que supone, prevé que son personas independientes las que deben integrar esa rectoría. Aunque en el fondo fue una grave falla de diseño de esa Constitución. Porque los independientes, químicamente, puros no existen, y se han violado todos convenios de postulación.

-Entonces, lo que prevalece ahora, en mi opinión, es una negociación; que permita tener en la práctica, ya que es inviable esa falsa tesis constitucional de los rectores, químicamente, puros, dos representantes del gobierno, dos de la oposición y un independiente. Ahora, quienes ponen eso como un pre-requisito, vendiéndose como los más opositores, lo que están es garantizando el continuismo chavista. Porque se olvidan que Guaidó, que está de diputado; Henry Ramos Allup que está de diputado o Julio Borges, llegaron a serlo con ese mismo Consejo Nacional Electoral; con la misma Tibisay Lucena.

-Simplemente, que hubo voto masivo, y ellos cuando fueron candidatos, en lugar de promover la abstención, como lo hicieron el año pasado; que ha sido el garante del continuismo chavista, promovieron el voto masivo; es decir, el voto masivo le gana a la trampa. Nosotros no estamos diciendo que no hay irregularidades; las hay; simplemente, decimos: los votos irregulares y la trampa son derrotables por el voto masivo.

-Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es ejercer el derecho al voto. Ahora, si usted pide garantías electorales, como nosotros hicimos, sin proteger su propio voto; porque lo deja archivado; una gente que no es capaz de proteger su propio criterio, porque lo deja en el hombrillo, lo deja abandonado, esa no es una política de reclamación de las garantías electorales; se trata de una política de reclamación equivocada.

Fuente: Noticiero Digital