Clamor en la Calle 52: Vecinos exigen soluciones a más de 20 años de abandono vial

Vecinos de la calle 52, en el tramo comprendido entre la carrera 15 y la avenida Fuerzas Armadas, alzan su voz para denunciar una problemática que se arrastra por más de dos décadas y media: el deterioro crítico de la vialidad. La comunidad reporta un sinfín de deficiencias que incluyen la proliferación de baches, serios problemas con el sistema de cloacas y una deficiencia crónica en el alumbrado público.

Los residentes aseguran haber agotado todas las vías institucionales, acudiendo en reiteradas ocasiones tanto a la Alcaldía de Iribarren como a la Gobernación del estado Lara, sin obtener hasta la fecha ninguna respuesta positiva ni soluciones concretas a sus demandas. «Esto tiene como mas de 20-25 años así, no nos prestan atención nunca», comentó Rafael Camacho, vecino de la comunidad

Ante la inacción gubernamental, la propia comunidad ha tenido que organizarse para paliar la situación. Un ejemplo claro de esta autogestión es la solución implementada para el alumbrado público: mediante la realización de rifas y actividades comunitarias, los vecinos lograron recaudar fondos para la adquisición de reflectores, buscando así proveer un mínimo de iluminación y seguridad en la calle.

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La persistencia de los baches no es solo una molestia; se ha convertido en un riesgo constante. Los vecinos reportan que el mal estado de la vía ha provocado daños severos en vehículos y motocicletas, e incluso ha sido causa de accidentes de gravedad. Esta situación es aún más preocupante dado que la calle 52 es una de las arterias viales más transitadas del oeste de la ciudad, sirviendo como conexión clave para numerosos conductores.

Con la esperanza de ser finalmente escuchados, los habitantes de la calle 52 hacen un llamado urgente a las autoridades competentes para que se aboquen de manera inmediata a resolver esta situación que afecta directamente su calidad de vida, seguridad y patrimonio. «Necesitamos una solución definitiva. Ya son muchos años esperando», concluyó otro vecino.

Rubén Conde/NB