El ciudadano venezolano Carlos Pino, quien trabajaba para la embajada venezolana en Bogotá y quien fue expulsado de Colombia, afirmó que nunca estuvo en los campamentos de venezolanos en Bogotá, una versión que contradice lo expresado por los mismos ciudadanos de ese país, quienes dicen haberlo visto en varias ocasiones en los sectores en los que ellos se concentran.

“Exhorto a que comprueben si yo estuve en esos campamentos. Jamás ni nunca he estado en esos campamentos ni fui al terminal. Esa es una actitud bellaca de parte del que generó esa matriz”, manifestó.

Sin embargo, admitió que sí participó en un plan desarrollado por el encargado de negocios de la embajada, Jean Carlos Torres, quien estuvo en los campamentos tratando de convencer a los ciudadanos a que regresaran a Venezuela.

Asimismo, el hombre cuya expulsión provocó una acción recíproca del Gobierno de Nicolás Maduro, afirmó que no es un peligro para la seguridad de Colombia y que, de ser así, las autoridades colombianas debieron haberlo detenido y no expulsado.

“Si yo fuera un peligro para la seguridad de Colombia, lo más obvio que pudieron haber hecho las autoridades colombianas era haberme detenido y mostrar las pruebas”, explicó.

Añadió que detrás de su caso hay una novela “tramada de un absurdo” y agregó que está dispuesto a regresar a Colombia a verificar cuáles son los delitos de los que se le está acusando.

Globovisión