Cambio climático pone en riesgo los Juegos Olímpicos de invierno

El viaje de media hora que hacen los deportistas todos los días hasta los Alpes suizos –usando dos aerosillas y cruzando un túnel en el tren subterráneo más alto del mundo para llegar a un glaciar a 3.500 metros (11.000 pies) de altura– es un recordatorio diario del peligro que representa el calentamiento global para los aficionados a los deportes de invierno.

Al bajar del tren, cruzan un terreno embarrado para llegar a una ladera que cada vez tiene menos nieve y que está surcada por nuevas grietas. De vez en cuando escuchan el sonido de un glaciar que se parte mientras se preparan para los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang, Corea del Sur. La mayor parte de las veces los recibe un sol brillante.

Otro indicio sutil pero revelador del impacto del cambio climático en los deportes de invierno es el hecho de que muchos de los deportistas tenían trajes con el emblema de Estados Unidos. Los estadounidenses tradicionalmente no tenían necesidad de cruzar el Atlántico para encontrar nieve. Pero el calentamiento está obligando a muchos a buscar nieve en sitios lejanos, sobre todo en la antesala de los juegos olímpicos.

“Sin nieve y frío en los lugares donde normalmente hay condiciones frías, tenemos que venir aquí y encontrar algún sitio donde poder hacer algunos saltos”, comentó Jon Lillis, campeón mundial de saltos aéreos con esquís. “Algo que asusta diariamente a los que practicamos deportes de invierno es que las condiciones (en las montañas) no son las de antes. Ves fotos de gente esquiando los años 70 y 80, y la mitad de esos glaciares ya no existen”.

La búsqueda de sitios donde entrenarse afecta no solo a los estadounidenses. La ola de calor que recorrió Europa en julio y agosto alteró los programas de los equipos. Un grupo de canadienses tuvo que cancelar una visita al glaciar Stelvio de Italia donde había una mezcla de barro y nieve gris y pegajosa y encaminarse en cambio a Mount Hood, Oregon, en Estados Unidos. Otros deportistas canadienses suspendieron un viaje a Argentina por las condiciones climáticas y los fuertes vientos.

El equipo francés de moguls acortó un entrenamiento en el glaciar de Tigner al abrirse griegas en la pista.

Uno de los miembros del equipo, Ben Cavet, se mostró sorprendido por el deterioro del lugar.

“Es una locura. Siempre pensé que eso del calentamiento global eran cuentos de mi abuelo, que me decía que hacía 20 o 30 años esquiaba en tal lugar y había más nieve”, expresó Cavet en una entrevista. “Pero ahora estamos hablando de solo ocho años. Y uno nota la diferencia. En la cima del glaciar ahora hay un gran peñasco, que antes no estaba”.

“Me preocupa, me preocupa”, señaló. “Lo peor es que uno se da cuenta de que está afectando algunos de los sitios más hermosos del planeta”.

El investigador francés Antoine Rabatel dice que “va a resultar cada vez más duro” entrenarse para los deportes de invierno.

Encontrar sitios confiables donde practicar se está tornando más difícil y requiere mayor tiempo.

“Hay que buscar lugares nuevos”, dijo el técnico estadounidense Mike Jankowski, cuyos pupilos se entrenan en Europa, Nueva Zelanda y otros sitios del hemisferio sur.

Los deportistas preocupados con la preservación del medio ambiente enfrentan un dilema moral por la contaminación que ayudan a generar.

“Viajamos en avión al exterior. Usamos automóviles para ir a los entrenamientos”, expresó el francés Pierre Vaultier, medalla de oro en snowboard en los juegos del 2014 en Sochi, Rusia. “No somos precisamente un ejemplo de cómo contribuir a disminuir el calentamiento global”.

Las suspensiones de competencias porque no hace suficiente frío son cada vez más frecuentes. Las temperaturas cálidas y la falta de nieve en Alemania, Croacia y Michigan obligaron a suspender pruebas y buscar otras sedes en la temporada del 2015/16. La temporada pasada hubo que suspender pruebas en Colorado y Alberta por falta de nieve. Esta temporada, un evento alpino en Beaver Creek, Colorado, se hizo en nieve artificial.

Las temperaturas templadas hicieron que el mundial de España de marzo de este año se disputase en nieve muy blanda, en condiciones similares a las que empañaron un poco los juegos olímpicos del 2014 en Sochi y del 2010 en Vancouver.

“Es algo que mete miedo. Los glaciares se están derritiendo”, dijo el técnico estadounidense Matt Saunders en Saas-Fee. “Cada vez es más difícil contar con nieve al principio de la temporada y hay que viajar más y más lejos”.

“Antes se decía que teníamos un invierno malo”, comentó Mac Bohonnon, miembro del equipo estadounidense de esquí acrobático. “Pero (el calentamiento global) es innegable. Y cuanto más viajo, más veo que es algo que pasa en todos lados”.

Información de: AP