Tras conocer que los Astros se valían de recursos tecnológicos para descifrar las señas del enemigo que los visitaba en el Minute Maid Park de Houston, Miguel Cabrera consultó a José Altuve e inmediatamente descartó que su amigo estuviera mezclado con el repudiado sistema de robo de códigos que forman parte del juego.
El pasado lunes los Astros visitaron el Joker Marchant Stadium de Lakeland, Florida, donde los Tigres tienen su hogar primaveral. Cabrera conversó con varios reporteros de diarios de Detroit y aprovechó la oportunidad para volver a hablar del caso.
“Estábamos al tanto de los métodos de los Astros para robar señas desde hace mucho tiempo”, declaró Cabrera al diario Detroit News. “Hace dos años, lo sabíamos. Cuando le pregunté a Altuve otra vez este invierno, fue la misma conversación que tuvimos hace dos años”.
Añadió que creyó en la palabra de Altuve cuando éste le dijo que no participó en el sistema de robo de señas que MLB determinó que el equipo utilizó en las campañas de 2017 y 2018.
Altuve no ha conversado sobre los detalles del caso, pero su compañero de equipo, el boricua Carlos Correa, dijo la semana pasada que a Altuve no le gustaban los golpes al cesto de basura que el equipo utilizaba para señalarles a los bateadores qué pitcheos venían.
Cabrera afirma que Altuve le dijo repetidas veces que no participó. Altuve dijo antes de juego del lunes que Cabrera es como su segundo padre. “Me ha ayudado a lo largo de toda mi carrera”, confesó el camarero de 29 años.
“Cuando hablamos, siento que es entre nosotros. Hablamos casi todos los días, y si me pongo a decirles sobre todo lo que hablamos, podríamos pasar un día aquí”, recalcó.
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