El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien será sustituido el domingo en el poder por Luiz Inácio Lula da Silva, rompió este viernes su silencio e intentó apaciguar a sus seguidores más radicales, a los que pidió ejercer una dura oposición.
“No vamos a creer que el mundo acaba este 1 de enero” con la investidura de Lula, declaró Bolsonaro, en un directo por sus redes sociales, en el que instió a sus seguidores a “no tirar la toalla ni dejar de hacer oposición”, pero pidió que sea en forma pacífica y dentro del marco que establece la Constitución.
Bolsonaro no confirmó si pretende viajar en las próximas horas a Estados Unidos, aunque el Gobierno ya ha dado a entender que podría partir este mismo viernes hacia Miami.
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En un pronunciamiento que duró poco más de una hora, Bolsonaro no terminó de reconocer su derrota en las elecciones de octubre pasado ni felicitó a Lula.

Por el contrario, insistió en que fue “víctima” de una justicia electoral “que no fue parcial” y que, en su opinión, favoreció al líder progresista con diversas decisiones. Reiteró que su “libertad” y la de los grupos de ultraderecha que le apoyan fue “cercenada” y se les “impidió” denunciar los fallos que, según insiste sin prueba alguna, tiene el sistema electrónico de votación que se utiliza en Brasil desde 1996.
Con información de: Globovisión