Este domingo 26 de enero Bielorrusia celebra elecciones presidenciales para decidir quién gobernará el país durante los próximos cinco años.
De hecho, el proceso electoral ya está en marcha, con la votación anticipada que se ha prolongado en las mesas electorales entre estos 21 y 25 de enero.
Cinco candidatos están inscritos para las presidenciales, incluido el jefe del Estado actual, Alexander Lukashenko, quien buscará la reelección para un séptimo mandato consecutivo desde 1994.
¿Quién puede postularse?
La nominación de un candidato presidencial la llevan a cabo los ciudadanos bielorrusos, que pueden reunir las firmas de al menos 100.000 votantes.

El potencial presidente debe ser ciudadano de Bielorrusia mayor de 40 años y haber residido permanentemente en la república durante al menos 20 años.
El máximo cargo del país no lo puede disputar una persona que tenga o tuviera en el pasado ciudadanía extranjera o un permiso de residencia en el exterior, así como alguien con antecedentes penales.
Las elecciones anteriores tuvieron lugar en agosto de 2020, pero este año los ciudadanos acuden a las urnas en enero. Las autoridades adelantaron la votación alegando que en enero termina el plan quinquenal de desarrollo socioeconómico de la república, por lo que sería conveniente que una nueva agenda la defina el nuevo mandatario.
La votación está abierta a los ciudadanos que hayan cumplido 18 años de edad, excluyendo a aquellos con incapacidad jurídica y las personas en cualquier tipo de reclusión penal.
Además, debido a preocupaciones de seguridad, este año no es posible votar desde el extranjero.
Aspirantes
Aparte del actual presidente, los candidatos son: el líder del Partido Liberal Democrático de Bielorrusia, Oleg Gaidukévich; el presidente del Partido Republicano del Trabajo y la Justicia, Alexandr Jizhniak; el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Bielorrusia, Serguéi Sirankov; y la excandidata en las presidenciales de 2020 y empresaria sin partido Anna Kanopátskaya.
Según señaló en una entrevista con Sputnik el primero de la lista, Gaidukévich, se aseguró la igualdad de condiciones para todos los aspirantes a la presidencia.

«La votación (anticipada) transcurre con tranquilidad y de una manera democrática», expuso Gaidukévich, agregando que conoce personalmente a todos sus contrincantes y que «hay un ambiente de amistad y respeto».
Lukashenko, por su parte, afirmó a principios de mes que no se aferra al poder y espera algún día poder ver a nuevas autoridades de Bielorrusia.
Más tarde, el mandatario se mostró dispuesto a seguir en el cargo si así lo deciden las urnas y prometió que una de sus prioridades sería «la libertad humana».
Mientras tanto, el candidato presidencial Sirankov comentó a esta agencia que considera importante que el rumbo de Lukashenko «no solo continúe, sino que también se profundice» en caso de que el líder longevo salga del poder.
Todo listo
Para la celebración de las elecciones se han desplegado en el país 5.325 mesas electorales, a donde están llamados unos 6,9 millones de votantes elegibles.
En el día principal de votación, los colegios permanecerán abiertos desde las 8.00 hasta las 22.00 (GMT+3).
Se prevé la presencia de 37.753 observadores nacionales y de 403 internacionales de más de 40 países de África, América Latina, Asia, Europa y la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
A juicio del secretario general y jefe de la misión observadora de la CEI para estos comicios, Serguéi Lébedev, los esfuerzos del Gobierno permiten «confiar en que todo se haga con dignidad y calma y que no habrá provocaciones ni intrigas».
Del mismo modo, el ministro del Interior de Bielorrusia, Iván Kubrakov, aseguró que la situación en el país está tranquila y bajo control.
Según el ministro, su cartera aprendió mucho durante las protestas que siguieron a las elecciones de 2020, cuando la oposición, encabezada por la candidata Svetlana Tijanóvskaya, denunció un fraude masivo y exigió repetir la votación.
Críticas de Occidente
Después de la victoria de Lukashenko en los comicios anteriores, las relaciones entre Occidente y Bielorrusia, a quien acusa de violaciones electorales y de los derechos humanos, se deterioraron.
En línea con esta postura, el Parlamento Europeo aprobó el miércoles una resolución que llama a los países del mundo a no reconocer el veredicto de las urnas en estas nuevas elecciones.
Sin embargo, Minsk se mostró indiferente ante el nuevo aluvión de críticas de la UE.
Desde el Ministerio de Exteriores bielorruso catalogaron la resolución de «burda injerencia en el proceso electoral de un Estado soberano que no tiene nada en común con la realidad y que solo busca influir en la libertad de expresión de los ciudadanos bielorrusos».

En los mismos términos se pronunció el jefe de la Comisión Electoral Central (CEC) de la república, Ígor Karpenko, destacando que se trata de un atentado a «la soberanía electoral» de la nación.
Según Karpenko, la votación anticipada transcurre sin violaciones ni denuncias, y una alta participación evidencia que la población «está haciendo una elección consciente», que se hará pública a más tardar el 5 de febrero de 2025.
Si nadie obtiene más del 50 por ciento de los votos, se convocará una segunda vuelta entre los dos candidatos que hayan conseguido el mayor apoyo.
Pese a los llamados de la oposición exiliada a boicotear las elecciones, los bielorrussos parecen estar resueltos a hacer escuchar su voz, con un récord de participación del 7,8 por ciento en el primer día de la votación anticipada.
Zuleydy Márquez con información de El Universal