La capital de Venezuela, se engalana para rendir tributo a una de sus hijas más distinguidas, Amada Rosa Jiménez, quien hoy celebra un siglo de vida, marcado por su invaluable aporte a la educación y su legado en la formación de generaciones.
Nacida en Quibor el 23 de mayo de 1925, Amada Rosa Jiménez es un símbolo de dedicación y vocación. Desde temprana edad, mostró su amor por el conocimiento, completando sus estudios de primaria y bachillerato en su localidad natal. Posteriormente, continuó su formación en la ciudad de Barquisimeto, donde obtuvo el título de Maestra Normalista, convirtiéndose en una pionera en su campo.
Con más de 30 años de servicio en la educación, su trayectoria abarcó distintas instituciones, desde los centros educativos de Los Jebes y Canapé en Quibor, hasta la Escuela Estatal Graduada Tomás Rafael Giménez en Barquisimeto. Su labor docente fue sinónimo de excelencia y compromiso, transmitiendo a sus alumnos valores fundamentales y conocimientos esenciales para su desarrollo.
Hoy, en reconocimiento a su entrega y contribución a la sociedad larense, autoridades locales, familiares, amigos y exalumnos se congregan para rendir homenaje a esta ilustre educadora.
En el marco de esta celebración, se realizarán actos conmemorativos en honor a su legado, destacando la importancia de la educación en la construcción de una comunidad fuerte y unida.
Amada Rosa Jiménez representa una generación de mujeres que con esfuerzo y dedicación han dejado una huella imborrable en la historia de Venezuela. Su vida es un testimonio de perseverancia y amor por la enseñanza, valores que continúan inspirando a las nuevas generaciones.
Nota de prensa
