La angustia se volvió llanto. Uno espeso, colectivo, que demanda justicia y expresa toda la indignación del mundo. Un niño de 7 años fue asesinado en Maicao, en La Guajira (Colombia). Tenía signos de tortura y fue violado. 

Samer Rafael Cantillo Vergara interrumpió sus juegos, la tarde del domingo, para hacer un mandado que le encargó su madrastra. Debía ir luego  a la casa de su papá, donde pasaría ese día. De la tienda no volvió. La pareja se había separado.

Nunca lo había hecho, no se desaparecía, era obediente. “Como no llegó a casa de su papá, él me llamó para preguntar qué pasaba. Así nos dimos cuenta que había desaparecido”, narró la madrastra a medios de La Guajira.

“Lo buscamos por todas partes, con los vecinos, con los amiguitos”, agregó la conmovida mujer. La incertidumbre se posó entonces en la casa de la familia, en el barrio Villa Amelia.

De esa comunidad, localizada en la Comuna Cinco, a orillas de la carretera Maicao – Paraguachón, la noticia voló a la casa de la madrastra de Samer, en el cercano barrio Donit Vergara.

El papá del niño  denunció ante la policía, y siguió la búsqueda, ahora oficial. No hubo rincón en los que no buscaran, mientras el reloj seguía corriendo y la expectativa crecía.

Disponían de pocos datos, apenas la ropa que tenía puesta y fotos de Samer. “Pantaloneta (bermuda)  azul con rayas blancas, camisilla (franelilla) negra y zapatos rojos”. Eso era lo que sabían para enfrentarse a la inmensidad de la aridez de la Guajira.

El lunes en la mañana acabó la búsqueda. En una zona enmontada de Villa Amelia II, cerca de la casa de su papá, estaba el cuerpo de Samer. “Tenía un trapo en la boca, evidentes signos de tortura, lo violaron. Una cosa terrible”, dijeron los policías que actuaron en la escena.

El terreno está alejado de las casas. Solo hay cujíes y la tierra amarilla de la zona. Nada más, salvo la soledad que enmascaró al asesino.

En la tarde, Maicao se volcó a la calle. Vestidos de blanco, los asistentes a una caminata caravana, elevaron globos blancos y exigieron justicia.

El alcalde de Maicao, José Carlos Molina, no solo repudió el crimen, sino que ofreció una recompensa de 20 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables. “A  los asesinos de Samer Rafael  los tenemos que encontrar, los buenos en Maicao somos más”, tuiteó.

El cuerpo de Samer fue trasladado a la morgue para las experticias legales.

 

Agencias