Los choferes de línea Ruta 15 ya no pueden más. Y es que el asesinato de un conductor y el atraco a una unidad en un mismo día colmó la paciencia de los ruteros.

El martes en la noche fue asesinado Ezequiel Antonio Mogollón Colmenares de 37 años, un conductor de la línea Ruta 15, cuando se encontraba en la calle 6 entre calles 1 y 2 de Pueblo Nuevo.

Ezequiel se encontraba en una licorería de la zona tomándose unas frías. El hombre andaba en su buseta que dejó estacionada a pocos metros del local. Apenas se había tomado un trago cuando atendió una llamada en su teléfono celular, en ese momento llegó un malandro y lo encañonó.

“Le colocó una pistola en el pecho, y caminaron por medio de la calle”, comentó una vecina de la zona. Casi a unos 10 metros de la licorería está una casa donde venden comida rápida, un local llamado “Frijoles”.

Una de las dueñas del local explicó que cuando los clientes vieron que el malandro tenía encañonado a Ezequiel, se asustaron y comenzaron a gritar y correr.

Al parecer el delincuente se percató que había sido descubierto, dejó de caminar y “pum”, le disparó a Ezequiel en el pecho, casi a quemarropa. Luego huyó del lugar y se montó en un carro que lo esperaba en la esquina. Se presume que el delincuente le quería robar la buseta.

Mientras tanto, Ezequiel con el tiro en el pechó cayó tendido en el piso cerca del trailer de comida y desde allí pedía ayuda a los comensales que en medio de la confusión y el susto se metieron a una de las viviendas de la zona.

“Había niños, todo el mundo se desesperó, yo salí y vi al señor en el piso”, relata la dueña de la casa. Mientras esto pasaba, Ezequiel se paró y se levantó la camisa “ tengo un huequito” expresó.

El joven que cocinaba en el trailer se le acercó. “¿Le dieron?”, le preguntó y Ezequiel, muy tranquilo, dijo que sí y que le dolía mucho. El joven sin perder tiempo buscó su carro y lo llevó al Seguro Social, el chamo observó que Ezequiel respiraba con dificultad y le dijo: “Mi esposa es cristiana y ella me ha enseñado a orar, tranquilo Dios está con nosotros”, le expresó.

En ese instante Ezequiel le pidió perdón a Dios, y justo cuando habían llegado al centro de salud, dejó de respirar en los brazos del joven.

Nota de: La Prensa