Analistas opinan luego de las elecciones: “La oposición venezolana es la mas estúpida que he conocido jamás”

La decisión de apoyar el boicot electoral de la oposición venezolana la compartieron los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea, la mayoría de los latinoamericanos y casi todos los medios de comunicación occidentales. ¿Pero fue una decisión acertada? A la luz del resultado de las elecciones, hay dos posibles respuestas.

Una, que el fraude denunciado por el derrotado candidato rebelde de oposición Henri Falcón justifica el boicot que él mismo decidió romper. Otra, que la elevada abstención provocada por el boicot hizo imposible una victoria para un candidato de la oposición.

“Los boicots electorales jamás funcionan”, señala Peter Hakim, veterano analista del think tank centrista Interamericana Dialogue de Washington. “La oposición venezolana es la mas estúpida que he conocido jamás. Llevan 20 años y no hacen nada para que la situación avance. Una figura como Falcón es necesaria para romper la parálisis”, dice Hakim, que ha participado en comités de asesoramiento del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Consejo de Relaciones Exteriores.

 

 

“Falcón es lo que un sindicato llamaría un esquirol”, opina el exministro venezolano Ricardo Hausmann

El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero calificó como un “prejuicio” la posición europea de apoyar el boicot pese a la presencia de Falcón. “No tiene sentido que gobiernos del mundo alimenten posiciones radicales, es irresponsable”, dijo. Zapatero era uno de los mediadores de las negociaciones llevadas a cabo en La Habana entre el Gobierno venezolano y la oposición que, según ha dejado entrever el exmandatario español, fueron saboteadas por la Administración Trump.

Hakim explica la posición estadounidense de oponerse a las negociaciones, apoyar el boicot y aplicar sanciones económicas a Venezuela por la influencia que tiene un grupo de republicanos de Miami. “Aquí en Washington manda el lobby anti-Cuba, que insiste en que Cuba está al mando en Venezuela. Esta actitud de guerra fría no nos lleva a ningún sitio”, dice.

Zapatero calificó como un “prejuicio” la posición europea de apoyar el boicot

Francisco Rodríguez, el asesor económico de Falcón y exconsultor de la empresa neoyorquina de análisis financiero Torino Capital, coincide. “No hay interés en EE.UU. en una salida democrática a la crisis venezolana porque sólo importan los intereses de política nacional, en Florida”, opina. Entrevistado antes de las elecciones, Rodríguez anticipaba el fraude que Falcón denunció ayer pero coincidió con Hakim en que “los boicots electorales jamás sirven para nada”. Rodríguez y Zapatero participaron en un plan alternativo del Unasur para Venezuela, criticado implacablemente por EE.UU. y por la Organización de Estados Americanos (OEA).

 

 

Otros analistas consultados en Washington defienden el boicot. Entrevistado antes de las elecciones Ricardo Hausmann, economista venezolano de la Universidad de Harvard y exministro de Planificación bajo el gobierno de Carlos Andrés Perez, arremete contra a la decisión de Falcón de presentarse. “Estas son unas elecciones en las que el Gobierno ha elegido al candidato de la oposición. Maduro no estaba dispuesto a dar las mínimas condiciones para unas elecciones justas y libres”, dice. “Falcón es lo que un sindicato llamaría un esquirol. No habría sido el único candidato si a Leopoldo López y Enrique Capriles no se les hubiera negado el derecho”.

Todos coincidieron en que el fracaso de lograr una solución negociada a la crisis venezolana o facilitar un cambio democrático de gobierno tendrá graves consecuencias económicas. Según el FMI se producirá otra caída libre del PIB en Venezuela este año, del 15%, tras el 14% que se perdió en el 2017. La inflación será del 14.000%. Aunque la subida del precio del crudo debería ayudar a la petroeconomía venezolana, la falta de inversión en el sector difícilmente puede evitar mas caídas de la producción.

Se produce “un colapso catastrófico de la producción y el desplome de importaciones”, dijo Hausmann, que ha ayudado a elaborar un plan de rescate del FMI. Según el ministro de Finanzas colombiano, Mauricio Cárdenas, entrevistado en Bogotá, Venezuela necesitaría un paquete de apoyo por valor de 60.000 millones de dólares. “Hará falta una reestructuración fuerte de la deuda también”, dice Hausmann. “Primero hará falta un cambio de régimen”, añade. La paradoja es que la elección de Falcón –que apoya la dolarización de la economía– habría permitido una operación de rescate del FMI.

 

 

“Todas las teorías sobre la relación entre colapso económico y cambio político han saltado por los aires en Venezuela. Jamás hemos visto un desastre económico de estas dimensiones, pero no ha desencadenado el cambio político”, señala Hausmann.

Esto se debe a que el Gobierno “está ejerciendo el control estatal sobre lo poco que queda en Venezuela y luego asignan estos bienes esenciales con criterios políticos. Es usar el hambre como una herramienta de control social”, dice. La distribución de paquetes de alimentación a grupos que suscriben al programa gubernamental de distribución hace casi inevitable una relación entre el apoyo al Gobierno y el abastecimiento, lo cual explica en gran medida el resultado electoral.

Rodríguez responde que es precisamente por eso que la estrategia estadounidense de apoyar el boicot y aplicar sanciones es contraproducente. “Cuanta más necesidad hay en Venezuela, más dependencia hay de las políticas del Gobierno de distribuir bienes esenciales a cambio de votos”, dice.

La Vanguardia