Habitantes del Barrio Santa Bárbara, ubicado al final de la calle 39 con callejón 2 en la parroquia Concepción del municipio Iribarren, denuncian que el agua que reciben por sus tuberías llega en condiciones deplorables, con una apariencia similar al «barro», poniendo en riesgo su salud y economía.
La situación es crítica, ya que el agua que debería ser un servicio básico, se ha convertido en una fuente de preocupación y un gasto extra para las familias. «El agua viene horrible», comenta Morela Silva, una vecina afectada. «Estamos comprando botellones de agua y es bravo, es difícil tener ese gasto extra, porque la mayoría de personas aquí somos de bajos recursos y no hay la posibilidad, hay que hacer milagros para comprar agua».
Silva describe cómo el color del agua varía entre un marrón oscuro y un amarillo intenso, imposibilitando su consumo. Este problema los obliga a adquirir entre cinco y seis botellones de agua a la semana, un gasto insostenible para muchos.



Morela, quien es diabética y ha superado un cáncer de mama, enfatiza la necesidad de consumir gran cantidad de agua potable para su medicación y preparación de alimentos. «Imagínese, con ese barro tengo que hacer los jugos», lamenta.
Esta crisis del agua va más allá de un inconveniente; se ha transformado en un problema de salud pública inminente. El consumo de agua contaminada abre la puerta a enfermedades gastrointestinales y otras afecciones, afectando especialmente a niños, adultos mayores y personas con condiciones de salud preexistentes. La desconfianza es tal que incluso el agua embotellada se compra con recelo, dada la precariedad general de los servicios.
Los residentes claman por una solución urgente a las autoridades competentes. Esperan que el agua sea tratada adecuadamente para evitar la compra constante de botellones y garantizar la salud de la comunidad, especialmente la de personas vulnerables como niños y enfermos crónicos. El Barrio Santa Bárbara, siendo una zona antigua de la ciudad, espera ser tomado en cuenta para la mejora de sus servicios básicos.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto