La ola de violencia que sacude Haití no cesa a pesar de los esfuerzos del Gobierno y de la misión internacional para controlar a los grupos armados irregulares y las pandillas que controlan gran parte del país.
Alrededor de 50 personas han sido asesinadas, algunas decapitadas y quemadas, esta semana por miembros de un grupo paramilitar en la población de Préval, en el centro de Haití.
Según fuentes locales, “menores, ancianos y jóvenes fueron decapitados y luego quemados. Hay personas calcinadas dentro de sus casas. Cuerpos en estado de descomposición y otros devorados por perros callejeros”.
El viernes, autoridades de la localidad de Petite Rivière, en el departamento de Artibonite, ofrecieron detalles de la masacre, indicando que habían encontrado los cadáveres de unas 30 personas y añadieron que hay más de 20 cuerpos sin recuperar.

La portavoz de la Comisión de Diálogo, Reconciliación y Concienciación para Salvar Artibonite, Bertide Horace, dijo que «es imposible acceder al lugar de la masacre porque los criminales siguen controlando la zona. No se pueden recuperar los cadáveres».
Esta masacre se perpetró como represalia por el asesinato, esta semana, de un miembro del grupo armado irregular liderada por un antisocial conocido como Ti Mépri.
Un grupo de hombres armados pertenecientes a los grupos de autodefensa de Bwa Lavil, Pont Sondé, Chandelle y Barrière Léon, se dirigió por la tarde a la zona de Préval.
«Invadieron la zona, incendiaron una quincena de bloques donde hay varias viviendas. Entraron en la iglesia Maranatha y decapitaron al pastor de la iglesia, Jacques Brutus, de 86 años», relató Horace.
La representante de la organización civil afirmó que los hombres armados decapitaron y quemaron los cuerpos de otras 14 personas que estaban en el interior de la iglesia de la localidad.
“Después, quemaron el local de la iglesia, que también alojaba una escuela. Hasta ahora, el fuego aún no se ha extinguido”, añadió Horace, quien dijo haber perdido a varios miembros de su familia en la masacre.
La portavoz de la Comisión de Diálogo, Reconciliación y Concienciación para Salvar Artibonite, aseguró que tras cometer los crímenes, los responsables de la masacre arrastraron los restos y los arrojaron al río Artibonite.
En la región de Artibonite al menos dos miembros de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití han sido asesinados y al menos cuatro tanques de la Policía Nacional han sido incendiados por un grupo armado irregular.
Solo en los tres primeros meses del año, 1.617 personas murieron y otras 580 resultaron heridas por la violencia que involucra a las bandas armadas, grupos de autodefensa y pandillas, así como por las operaciones de las fuerzas de seguridad, de acuerdo con datos recientes de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh).
En 2024 la violencia causó en Haití al menos 5.626 muertos, 2.213 heridos y 1.494 secuestrados, según datos de la ONU.
Además, el país tiene más de un millón de desplazados que abandonaron sus hogares a causa de la inseguridad.
Con información de GV