Al menos 108 personas murieron tras el paso del tifón Rai por Filipinas

Más de 300 mil aldeanos de las zonas central y sureña de la ínsula tuvieron que huir a lugares seguros, previo al impacto del meteoro.

Al menos 108 personas murieron tras el paso del tifón Rai por Filipinas, el peor que ha azotado este año al país, según los balances oficiales de este domingo mientras se intensifican los esfuerzos por llevar alimentos y agua a las islas devastadas.

El gobernador de la provincia de Bohol, Arthur Yap, indicó que los alcaldes de esa isla,  un popular destino turístico, dieron cuenta de 72 personas muertas en sus ciudades, por lo cual la cifra de decesos por el tifón asciende a 108, de acuerdo con las cifras oficiales.

Las autoridades, sin embargo, señalaron que el número de personas muertas podría cambiar pues están a la espera de una evaluación de los daños más detallada. El último reporte oficial antes de la nueva actualización se mantenía en 89 decesos.

La fuerza de los vientos de Rai bajó a 150 kilómetros por hora al avanzar por el archipiélago, dejando a su paso inundaciones en pueblos, árboles arrancados y viviendas de maderas destrozadas en uno de los ciclones más fuertes que hayan golpeado Filipinas en la presente temporada de tormentas. 

La embestida del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha pasado por un total de nueve islas donde ha destruido las comunicaciones en algunas áreas y provocado daños en numerosos edificios.

En su punto más fuerte, Rai acumuló vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 270 kph, una de las más poderosas en los últimos años en golpear el archipiélago del sudeste asiático propenso a desastres, que se encuentra entre el océano Pacífico y el Mar de China Meridional.

Más de 300 mil personas huyeron de sus casas y hoteles de playa cuando el tifón Rai arremetió contra las regiones del sur y centro del país, donde dejó zonas sin comunicación y derribó postes de electricidad.

Se estima que alrededor de 200.000 personas se refugiaron en 8.000 centros de evacuación organizados por las autoridades.

Las autoridades de las islas Dinagat, una de las primeras provincias azotadas por los fuertes vientos del llamado supertifón, permanecieron aisladas el sábado debido a la caída de las líneas eléctricas y de comunicación. 

Pero su gobernadora, Arlene Bag-ao, logró publicar un comunicado en el sitio web de la provincia para decir que la isla de unos 180.000 habitantes “ha sido arrasada hasta los cimientos”

Además, pidió comida, agua, refugios temporales, combustible, kits de higiene y suministros médicos y adelantó que hasta ahora solo se han reportado unas pocas víctimas en la capital porque otras ciudades permanecen aisladas.

Las imágenes publicadas en el sitio web de Dinagat muestran casas bajas con techos volados o dañados y rodeadas de techos de hojalata y escombros. La cercana isla de Siargao, conocida como la capital del surf de Filipinas, también fue golpeada por el tifón.

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Desde el sur de China, varias provincias se mantienen en alerta ante la llegada del tifón Rai, que se espera traiga aguaceros torrenciales y fuertes vientos en los próximos días.

El tifón, el número 22 de este año, se ubicaba el sábado a unos 270 kilómetros al noreste del arrecife de Yongshu, parte de las islas Nansha, en el Mar Meridional de China.

Con información de Telesur