Un vaso de agua simple se convierte en un símbolo de esperanza y sanación. En Venezuela y más allá, millones de devotos se encomiendan al Dr. José Gregorio Hernández Cisneros a través de un rito popular que ha trascendido generaciones: rezarle al «médico de los pobres» con un vaso de agua.
La práctica es un profundo acto de fe. Se coloca un vaso de agua cerca de una imagen o estampa de José Gregorio Hernández, junto a otros elementos sagrados como una imagen de la Virgen, creando un humilde altar. Los creyentes realizan oraciones para pedir la intercesión del médico por la salud o una gracia deseada.
La creencia central es que el agua, al estar en el altar, se «medicinaliza» o se «carga de propiedades curativas» por la bendición del Dr. Hernández. Al amanecer del día siguiente, el devoto bebe el agua, preferiblemente en ayunas, como un acto de recepción de la ayuda espiritual que puede actuar como un agente sanador para el cuerpo y el alma. Este ritual popular subraya la fe inquebrantable en que José Gregorio Hernández puede interceder hoy por la salud y el bienestar.


A lo largo de los años, se le han atribuido múltiples milagros, desde sanaciones físicas hasta conversiones espirituales, lo que ha cimentado su lugar no solo como un eminente médico y profesor, sino como una figura de profunda veneración popular.
Esta devoción ancestral alcanza su punto culminante con un hito histórico para la Iglesia y el pueblo venezolano. El Dr. José Gregorio Hernández Cisneros será proclamado santo por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el domingo 19 de octubre de 2025.
Este magno evento, cuya fecha fue decretada por el Papa Francisco el 25 de febrero de 2025, oficializará la santificación del médico y profesor universitario. Al convertirse en el primer santo nacido en Venezuela, este acontecimiento largamente anhelado refuerza la profunda devoción popular que se le profesa al Dr. José Gregorio Hernández desde su fallecimiento en 1919.
Su elevación a los altares es más que un reconocimiento formal a su vida de humildad y caridad, donde atendió a todo tipo de personas sin distinción. Este evento refuerza la veneración popular y la profunda fe en que el nuevo santo continuará intercediendo por sus devotos, tal como lo simboliza el sencillo y poderoso rito del vaso de agua.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto