Roberto Segundo Reyes: “Una vida llena de cartones”

En las calles de la ciudad, donde el sol no da tregua, se encuentra Roberto Segundo Reyes, un hombre de 64 años que, con una perseverancia admirable, se rebusca la vida recogiendo y vendiendo cartón. Lo que para muchos es basura, para él es la clave para «medio comer» y no ser una carga en su hogar.

Con casi tres años y medio en este oficio, Roberto tiene una rutina bien definida. «Salgo a las seis de la mañana y recorro la calle hasta las tres de la tarde, de lunes a viernes», cuenta. Su mercancía, cajas de cartón que consigue «por allí», las vende al detal, por kilo, a cualquier persona que se cruce en su camino y necesite este material.

La situación, según explica, no es fácil. «La situación está difícil, y a veces es difícil conseguir esta cantidad de cartones. Lo que consigas por allí es bienvenido», comenta mientras señala su pequeño tesoro del día. Para él, esta actividad es más que un trabajo; es una necesidad. «Uno de viejo en la casa no está haciendo nada, la idea es salir y buscar lo que se consiga», reflexiona.

Roberto es consciente de la falta de oportunidades laborales para las personas de su edad. «Ahorita no hay trabajo para los viejos, ni para barrer calles, porque les pagan una locha», afirma. Por eso, su labor de reciclaje se ha convertido en su única opción para subsistir. «Tengo que rebuscarme», dice, con una mezcla de resignación y optimismo.

La historia de Roberto Segundo Reyes es un reflejo de la realidad de muchos adultos mayores en el país, que día a día enfrentan el desafío de conseguir un sustento digno en un contexto económico complejo.

Carla Martínez / Noticias Barquisimeto