¿Habrá humo blanco en el primer día del Cónclave?

La Plaza de San Pedro se encuentra inmersa en una atmósfera de intensa expectación mientras da inicio el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco. El próximo 7 de mayo, los cardenales electores se encerrarán tras las puertas de la Capilla Sixtina, marcando el comienzo de un proceso ancestral y secreto que culminará con la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.

La pregunta que resuena en el corazón de millones de fieles en todo el mundo es si el Espíritu Santo iluminará a los purpurados para alcanzar un consenso en esta primera jornada. Históricamente, es poco común que se produzca la fumata blanca en el primer día de votaciones. El proceso de discernimiento y las primeras rondas de escrutinio suelen requerir tiempo mientras los cardenales evalúan los perfiles y las propuestas.

Se espera que la jornada del próximo miércoles se centre en la oración y la reflexión. Tras la solemne Misa ‘Pro Eligendo Romano Pontifice’ celebrada en la Basílica de San Pedro, los cardenales se trasladarán en procesión a la Capilla Sixtina. Una vez dentro, prestarán juramento de mantener el secreto sobre las deliberaciones y se procederá al cierre de las puertas, sellando el aislamiento del mundo exterior.

La primera votación podría tener lugar esa misma tarde, aunque es altamente improbable que se alcance la mayoría de dos tercios necesaria para la elección en esta etapa inicial. Si ningún candidato obtiene los votos requeridos, se emitirá la tradicional fumata negra, indicando al mundo que el proceso continúa. Esta columna de humo oscuro, producida quemando las papeletas junto con material adicional, será la señal visible de que aún no hay un nuevo Papa.

Los expertos vaticanistas sugieren que los primeros días del cónclave suelen estar dedicados a «tomar el pulso» de las preferencias entre los cardenales, identificar los bloques de apoyo y comenzar las negociaciones informales. La fumata blanca, señal inequívoca de la elección, podría surgir en los días siguientes, a medida que el consenso se vaya construyendo en torno a un nombre.

Por lo tanto, aunque la esperanza siempre está presente, la expectativa para el próximo miércoles se centra más en el inicio formal del proceso y en la primera señal de humo que emerja de la chimenea de la Capilla Sixtina. El mundo aguarda con paciencia, consciente de la trascendencia de la decisión que tomarán los cardenales electores en estos días de oración y deliberación.

Carla Martínez / Con información de RT