“50 años son suficientes, me retiro”, entrenador de voleibol David “El Ratón” Fuenmayor

El maestro en ganar campeonatos con menores para Zulia dice adiós a las canchas.

De sus 73 años, medio siglo se lo dedicó al voleibol, la disciplina de su amor, pasión y máximas emociones. El zuliano David Fuenmayor considera que ya es suficiente, se retira con la frente en alto y satisfecho de la labor cumplida.

Este viernes 1 de julio, en el marco de la inauguración de torneo Súper 8 que se celebra en su honor sobre el tablonchillo del gimnasio cubierto Pedro Elías Belisario Aponte, Fuenmayor, más conocido en el ambiente como «El Ratón», anunció que se retira de las canchas para dedicarse a su familia y a otras actividades que demanden menos esfuerzo físico.

Todavía entrena a algunos elencos máster de la zona sur, pero su cuerpo ya no da para resistir las largas jornadas del trabajo que exige la auténtica dirección técnica de un equipo de voleibol, que pretenda buenos resultados en competencia.

«Decidí que este es el momento para dejar las canchas, 50 años son suficientes, me retiro contento y satisfecho», dijo en el recinto que consideró su segunda casa en este medio siglo.

«Yo noy un entrenador que se sienta a dirigir desde una silla, si no lo hago de pie en la cancha, considero ya no puedo y debo hacerme a un lado», comenzó su charla sobre las razones del retiro.

«El Ratón» no ocultó la emoción que embargaba su corazón por el homenaje recibido gracias a la Asociación Zuliana de Voleibol, su presidente Régulo Vargas, a la Fundevozul y su titular Eddin Villasmil, a Alex Delgado, secretario de deportes del Zulia y a la Gobernación del estado a quienes agradeció la iniciativa.

«Le doy gracias Dios, primero por estar vivo, y segundo por recibir tan bonito homenaje. Gracias a todos los que lo hicieron posible», dijo.

También agradeció a sus atletas, quienes de una u otra forma le ayudaron a llegar a esta instancia. «Ellos son los verdaderos ganadores de campeonatos, el entrenador lo que hace es guiarlos en sus triunfos sobre la cancha, pero también en sus triunfos por la vida», apuntó.

En la ceremonia estaban presentes muchos de sus grandes amigos y amigas, entre ellos Reina Hidalgo, Lino Connell, Régulo Vargas, Francisco Riera, Johnny Romero y otros, además de compañeros de trabajo de muchos años.

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Sus inicios

«Comencé como atleta en el año 66 y en el 72 me incorporo como entrenador asistente debutando en un campeonato nacional infantil. Ese mismo año comencé de técnico Ymca e hice una suplencia en el colegio Jorge Washintgton. En 1973 la asociación me designa entrenador de las selecciones de minivol para un campeonato nacional infantil, resultando campeones en masculino», rememora de sus inicios en la disciplina.

De allí en adelante una larga cadena de éxitos, pero también derrotas y sinsabores, completan el relato de su vida como antrenador de todas las categorías, pero afianzado en las menores donde tuvo sus mayores logros ganando muchos campeonatos de la Federación Venezolana de Voleibol, en masculino y femenino, llevándose varias veces el reconocimiento como Entrenador del Año, que otorga la Gobernación del Zulia.

Entre ese mosaico de éxitos destaca que fue campeón en cinco ediciones de Juegos Nacionales, unas como entrenador y otras como asistente de equipos masculino y femenino.

No pudo evitar las lágrimas cuando recordó el triunfo que más satisfacciones le dio en su carrera de entrenador. «Fue en 1998 cuando en Yaracuy quedamos campeones nacionales en prejuvenil masculino», rememora.

«Tuvimos muchas dificultades. Lo clave de todo fue que no teníamos gimnasio para entrenar (estaban reparando el ‘Belisario Aponte’ para los CAC 1998), practicábamos a pleno sol, de 2:00 a 3:00 de la tarde y la mayoría eran jugadores foráneos a Maracaibo», explica.

A ello se sumó que la selección debió ser reducida de 12 a 10 jugadores. «Con el dolor del alma tuvimos que bajar a dos muchachos del bus. Aunado a eso, cuando llegamos a Yaracuy ya habíamos perdido por forfeit ante Distrito Capital. Al día siguiente perdimos con Miranda 3-0 y se nos bajaron los breacker con lo que el delegado dio por terminada nuestra participación», expresa.

Pero sostuvieron una reunión con los jugadores y el capitán pidió continuar alegando que habían pasado mucho sol para retirarse sin terminar de competir. «Nos abrazamos y nos pusimos a llorar, ‘vamos seguir y a ganar el campenato’ dijo el jugador», cuenta Fuenmayor.

Ganaron el resto de los partidos, clasificaron a la final y se coronaron campeones nacionales. «El juego final contra Miranda se definió en un quinto set que ganamos 32-30. A los siete días le trajimos la medalla de oro a Zulia», explica con los ojos llorosos y sin fallos en su memoria.