3-1: El Atlético de Madrid saca su espíritu de Champions para sobrevivir al caos ante el Betis

El Atlético se adelantó en su primer ataque, en una buena jugada que acabó con un pase de Correa que empujó Joao Félix a la red. 

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Guardado se tenía que marchar lesionado a los diez minutos; Vrsaljko y Correa poco después. 

El Betis aprovechaba un error en la salida del balón de Herrera para empatar justo antes del descanso. 

Lemar sentenciaba el partido en la recta final tras un jugadón de Griezmann.

El Real Betis y el Atlético de Madrid se midieron este domingo en el Benito Villamarín en un duelo directo por la Liga de Campeones. Un partido que reunió casi todas las artes del fútbol. Juego, goles, ocasiones, lesiones, polémicas, orden, desorden… y en ese caos el Atlético supo resistir, reinventarse y sacar ese espíritu que hace un año le hizo campeón. Partidazo de los de Simeone, que se sobrepusieron a las muchas adversidades que sufrió para sacar tres puntos que pueden valerle el objetivo marcado porque saca a un rival directo de los puestos de Champions.

El Atlético confirma con este triunfo que esa conjura tras el batacazo contra el Levante, de la que salió esa ‘mini Liga’ de 14 partidos como meta, alumbró un nuevo equipo rojiblanco, sin los problemas ni la endeblez mental que le lastraron en los meses anteriores. Y el Betis, tras el esfuerzo de Copa de hacía unos días, planteó batalla y en tramos fue mejor que el equipo rojiblanco, para demostrar que es uno de los equipazos de la temporada.

El Atlético pegó primero. Rápido, muy rápido. Pronto, muy pronto. Al primer minuto, un balón largo prolongado por Vrsaljko a la espalda de la defensa bética, Correa se internaba en el área, ponía el balón raso en el punto de penalti donde Joao Félix sólo tenía que empujar el balón. Dos goles y una asistencia para el luso en los tres últimos partidos, haciendo valer la apuesta de Simeone por él en este tramo de la competición.

Pellegrini se veía obligado a mover el banquillo a los diez minutos tras la lesión de Guardado, entraba Cristian Tello. No era la única lesión, porque ocho minutos después, Vrsaljko, que se hacía daño en su rodilla al caer mal en un balón dividido; y poco después Correa, que se lastimó en el pie en un balón peleado con Ruibal en el que el jugador bético le daba una patada. El partido arrancaba con un montón de cosas. Como una mano clara de Sabaly en el área que el colegiado Cuadra Fernández y el VAR obviaban. Es cierto que era una acción fortuita pero también lo era que evitaba que Joao Félix pudiese controlar mejor el balón en el área. Apunten esta jugada porque en unas jornadas veremos cómo es penalti para otro colegiado. Y así todo el año.

Tantas cosas sucedían que el juego se embarró sobremanera, todo era raro. Como las ocasiones clarísimas que ambos equipos marraban poco después. Una salida en velocidad del Atlético, con un pase filtrado para Carrasco y dos compañeros más a sus lados. Tres colchoneros contra Bravo, el belga se la dejaba a Joao para que la empujase pero se la ponía mal, lo que permitía que Sabaly salvase a su equipo cuando se cantaba el 0-2.

Y acto seguido, una gran internada de Tello en el área terminaba con un pase al corazón del área pequeña que Giménez sacaba como podía, el balón golpeaba en Paul y se marchaba alto a centímetros de la meta. De cada 100 rebotes así, 99 habríanido dentro.

Esa ocasión fue el aldabonazo para los locales, que comenzaron a arrinconar más y más al Atlético, generando ocasiones, un cabezazo clarísimo de Bartra, algún disparo de media distancia. Si el equipo colchonero había reaccionado en los últimos partidos había sido precisamente por minimizar esos errores que le habían castigado en el primer tramo de temporada. Y fue así precisamente como llegó el empate del Betis, un error al intentar sacar el balón por parte de un Herrera que venía siendo muy fiable en este tramo de curso, acabó en un disparo de Tello desde fuera del área que suponía el 1-1.

Lo que era un partido controlado para los de Simeone, se había convertido en un fango, un correcalles, un desorden en el que acabó sucumbiendo.

EL ESPÍRITU DEL ATLÉTICO

El segundo acto comenzó con un cambio en el Atlético, el de Lemar por un discreto Lodi, un cambio que sería clave; y con un Betis en la misma línea ofensiva de los últimos minutos de la primera mitad. Un mano a mano de Tello con dos disparos que repelía Oblak, un saque de esquina de Joaquín que casi se colaba directo en la portería del Atlético… El equipo de Pellegrini jugaba en lo alto de la ola que había ahogado a los colchoneros.

El equipo rojiblanco sobrevivía con algún intento de contragolpe y a balón parado. Como el que tenía a los 55 minutos, con un remate de cabeza, a la salida de un córner, de Felipe, que se estrellaba en el palo. El rechace le llegaba a Giménez, que cabeceaba a las manos de Bravo. La tendencia del partido parecía local, pero en ese momento surgía el espíritu que ha reclamado el Cholo en este tramo de temporada. Felipe recuperaba un balón en una contra peligrosa del Betis, Llorente evitaba que saliese por banda y emprendía un rápido y profundo desmarque que De Paul veía con precisión. El madrileño se plantaba en el área ganando por potencia y velocidad a sus defensores y la colocaba en el segundo palo, donde Joao Félix la empujaba para el 1-2.

De nuevo, un partido dentro del partido. El Atlético se sobreponía a todo y seguía generando ocasiones. Joao, de nuevo, se plantaba ante un Bravo que esta vez sí le sacaba el balón. Algo que el chileno no podía lograr en un postrero jugadón de De Paul, Griezmann y Lemar, en el que el de Macon se colaba en el área, la ponía atrás, donde su compatriota llegaba para fusilar. 

Mundo Deportivo