La Plaza Bolívar de Barquisimeto fue el escenario de un desgarrador llamado a la justicia. Belkys Brito, una valerosa mujer oriunda de Yaritagua, municipio Peña del estado Yaracuy, se acercó con la esperanza de ser escuchada por el Fiscal General de la República. Su motivo, un caso judicial que lleva más de 25 años estancado, una lucha que ha consumido gran parte de su vida y la de un grupo de víctimas de un desalojo forzoso.
A principios de los años 2000, Brito y al menos otras cinco personas fueron víctimas de un desalojo violento en las adyacencias de la avenida Perimetral Sur de Yaritagua. «En ese momento perdí mi casa y la recuperé a través del pueblo y otras acciones y desde ese tiempo estamos en la lucha para recuperarlo por las vías legales», relató Belkys. La situación, según Brito, involucró «algunos delitos penales» contra sus bienes y su persona, marcando el inicio de un interminable calvario judicial.

En sus manos, una voluminosa carpeta gastada por el tiempo, atesoraba recortes de periódicos, testimonios silenciosos de un cuarto de siglo clamando por justicia.


Una espera que roza los 30 años
«Hemos estado en proceso de juicio desde hace unos 25 años, hemos estado a punto de una sentencia pero se ha alargado mucho; esperamos que la ley se cumpla y finiquitemos este problema», enfatizó Brito. Acompañada de otra de las víctimas, que ya está próxima a cumplir 80 años, Belkys reflexionó sobre el paso del tiempo y el desgaste que ha significado esta batalla legal. «Ella ya va a cumplir 80 años, yo empecé cuando tenía 38 y ya tengo 69, imagínese todo lo que tengo con eso», expresó con impotencia.
La dilación en el proceso ha sido una constante. «Hemos acudido a todas las instancias e instituciones, estamos a punto de una sentencia pero le dan muchas largas, difieren las audiencias», denunció Belkys. Su caso ha pasado por más de seis jueces. «Hemos pasado por todas las dificultades del mundo, nosotros creemos que la justicia de Dios es una, pero la justicia del hombre también debe cumplirse porque para eso fueron creadas», sentenció.


«He dejado de vivir 30 años»
La frustración y el cansancio son palpables en las palabras de Belkys. «Una justicia tardía como la de nosotros ya no es justicia. He dejado de vivir 30 años, dejar de percibir y trabajar en mi negocio por 25 años, estoy hartada ya», afirmó con indignación.
La lucha de estas víctimas comenzó con el apoyo de abogados solidarios, de los cuales uno ya no ejerce y otro lamentablemente falleció, dejando el caso ahora en manos de la fiscalía. Además, de los seis imputados originalmente, dos ya han fallecido, lo que complica aún más el panorama judicial.

El trauma de Belkys va más allá del desalojo. En su intento por recuperar su licencia de comercio, «fui víctima de un secuestro y agresión en los años 2000», un episodio que solo añade más dolor a su larga historia de padecimientos.
Finalmente, Belkys Brito hizo un llamado contundente a las autoridades: «Los funcionarios deben ir a las catatumbas a ver, porque el pueblo está necesitado, y es ahí donde se escucha la verdad de quienes tienen la necesidad, porque la verdad que se encierra en una oficina ahí se queda». Sus palabras resuenan como un eco de la necesidad de una justicia más cercana, humana y eficiente para quienes, como ella, han dedicado gran parte de su vida a buscarla.
Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto